Letras de tango
Un baile a beneficio (La podrida)
Música: Juan Carlos Caccaviello
Letra: José Alfredo Fernández
(milonga)
Con el lungo Pantaleón,
Pepino y el Loco Juan,
el Peludo Santillán,
Tito y el Chueco Ramón,
salimos con la intención
de ir a un bailongo fulero
a beneficio de un reo
que se hallaba engayolado
en Devoto y acusado
por asuntos de choreo.

Al buffet por la bebida
fui con Tito y el Peludo,
que ya estaba medio mudo
por la curda que tenía;
pero ahí encontré una cría
chupando que daba gusto.
Estaba el violero Augusto,
Gatillo, el cortao Potranca
y el Zorro, con una tranca
que con verlo daba susto.

Y entre el ambiente de minas
estaban las de Mendieta
con la flaca Pañoleta,
la Paja Brava y la China,
Pichota, la Golondrina,
la mechera Encarnación,
la Bizca del Corralón,
la Grela de Puñalada,
Sarita de la Cortada,
y la Parda del Callejón.

También la Lunga Sofía,
doña Lola y la Ramona,
la Lauchita y la Patrona,
y la petisa María;
la bigotuda Lucía,
la Latera, la Zulema.
Estaba toda la crema
con sus pilchas domingueras
y me pareció que entera
se había venido la Quema.

En el baile, meta y ponga,
era brava la negrada;
y, entre cortes y quebradas,
una negra media conga
bailando con un chabón,
le dio al Loco un pisotón
propiamente en el juanete:
si Santillán no se mete
el Loco le da un piñón.

Pero un petiso careta
al Loco le dio un sopapo;
cayó lo mismo que sapo
haciendo sonar la jeta.
Intervino Pañoleta
para arreglar la cuestión,
el petiso para un rincón
se las quería picar,
pero lo hizo sonar
de un tortazo Pantaleón.

Después se armó la podrida:
piñas, patadas, bancazos...
Santillán tiró un balazo
con un chumbo que tenía.
Toda la gente corría,
quedó la casa pelada;
pa' terminar la velada
yo me llevé un bandoneón,
un Perramus, Pantaleón,
y el Loco la jeta hinchada.

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Un boliche
Música: Carlos Acuña
Letra: Tito Cabano
Un boliche como tantos,
una mesa como hay muchas,
un borracho que serrucha
su sueño de copetín.

Hay un tira que se asoma,
una copa sin monedas,
un punga que se las toma
y una caña sin servir.

Una partida de tute
entre cuatro veteranos,
q'entre naipes y toscanos,
despilfarran su pensión.

Y acodado sobre el mármol
agarrado como un broche,
un curda que noche a noche
se manda su confesión.

El trompa tira la bronca
porque un pebete se cuela
y un cantor con su vigüela
pide permiso y entona.

Y así,
entre naipes, curda y canto
de esta escena cotidiana,
se oye la voz de una nena:
"¡Papá, vamos que mamá te llama!..."

Una esquina como hay tantas,
una barra como hay muchas,
un farol que nos escucha
en su nocturno cantar.

El chistar de la vecina,
la que no cuaja en el barrio
y un galán de tranco largo
que se raja de un zaguán.

La presencia del agente
desparramando el concierto,
ya la calle es un desierto
y el rey de bastos copó.

El envite de una copa,
que de apuro va a baraja,
mientras que frente a la caja
se afana el que te afanó.

El trompa tira la bronca,
porque un pebete se cola,
y un cantor caza la viola,
pide permiso y entona.

Y así,
entre naipes, curda y canto,
de esta escena cotidiana,
se oye la voz de una nena:
"¡Papá, vamos que mamá te llama!..."

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Un lobo más
Música: Osvaldo Avena
Letra: Héctor Negro
La calle me clavó
la punta de su cruz.
La calle me apretó
el hueco de la luz.

En suelas que gasté.
En tanto andar detrás.

La calle con mi piel
y con la piel de usted,
se puso la llovizna
y me enseñó a morder.

Un lobo más
que tuvo que vivir.
Tibieza y pan
me puse a perseguir.

Por pisar mal
a veces me caí.
Por no pegar
me la dieron a mí.

Un lobo más
que tuvo que aprender
a no llorar
y a saberse vender.

Por no aflojar
de adentro me arrugué
Por no entregar
lo poco que salvé.

La calle me enseñó
sus dientes y su ley
y lo que quise yo
qué caro lo pagué.

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Un momento
Música: Héctor Stamponi
Letra: Héctor Stamponi
(1951)
Adiós...
Qué raro fue tu adiós!
de espina y de jazmín,
como una cruz y una caricia.
Tal vez... no presentí,
ni comprendí,
que las estrellas tienen que morir
con los rayos del sol...
Yo fui... un pájaro cantor,
y tú la mariposa
que buscó quemar sus alas.
Después... la soledad,
la realidad,
la noche cruel que pronto me envolvió...
fatal...

Y otra vez junto al río, muy juntos...
Tu boca, mi boca,
tu pelo y mi pelo.
Y la luna,
tu luna, mi luna,
que ayer nos vestía,
hoy tiende su velo.
Yo no quiero el engaño de un día:
tus manos no tiemblan! no sabes reír!...
Yo no quiero la historia de siempre,
vivir un momento y luego morir.

Yo sé...
que un día encontraré
en la aventura eterna
de mis pasos por la vida,
tu voz que llamará,
que gritará,
que pedirá por mi regreso en vano,
y tal vez llorarás...
Verás... qué triste es el papel
de mendigar amor
donde no queda nada, nada...
Después... la soledad,
la realidad,
la noche cruel que ya te envolverá...
fatal...

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Un placer
Música: Vicente Romeo
Letra: Juan Andrés Caruso
(vals)
Linda mariposa
tú eres mi alegría
y tus colores de rosa
te hacen tan hermosa
que en el alma mía
tu imagen quedó.

Por eso a tu reja
hoy vengo a cantarte,
para decirte, mi diosa,
que eres muy hermosa
y no puedo olvidarte
que antes de dejarte
prefiero la muerte
que sólo con verte
es para mí un placer.

Sin tu amor ya no puedo vivr.
¡Oh! ven pronto no me hagas penar.
De tus labios yo quiero sentir
el placer que se siente al besar.
Y por eso en mi canto te ruego
que apagues el fuego
que hay dentro de mí.

Oye amada mía
tuyo es mi querer,
que tuya es el alma mía
toda mi poesía
mis alegres días,
hermosa mujer.

Sale a tu ventana
que quiero admirarte.
Sale mi rosa temprana,
hermosa galana,
que yo quiero hablarte
y quiero robarte
tu querer que es santo
porque te amo tanto
que no puedo más.

Y si el destino
de ti me separa
nunca podre ser feliz
y antes prefiero morir.
Porque tu cariño
es mi vida entera.
Tu has de ser la postrera,
la dulce compañera que ayer soñé.

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Un sábado más
Música: Chico Novarro
Letra: Chico Novarro
La boca del subte bosteza mi andar
rumbo a la salida de la Diagonal.
Cuando el obelisco le tira un mordisco
a una nube flaca que intenta pasar,
es un viejo Apolo que nunca despega
parado en la tarde de un sábado más.

Un sábado más, un sábado más,
sobre Buenos Aires un sábado más.

Las siete clavadas, acusa el reloj,
y empieza el concierto de suelas en do.
Arranco la cinta del último atado
y un aire pesado me anuncia humedad,
mientras a mi lado desfila la gente
que asalta Corrientes un sábado más.

Un sábado más, un sábado más,
sobre Buenos Aires sábado más.

Y entre las bocinas de la procesión
gritan los canillas "Crónica" y "Razón",
esquivando el pique de un auto lavado
la quinta de clavo quieren enganchar.
Total esta noche, minga de yirar,
si hoy pelea Locche en el Luna Park.

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Un tropezón
Música: Raúl de los Hoyos
Letra: Luis Bayón Herrera
¡Por favor, lárgueme agente!
No me haga pasar vergüenza.
Yo soy un hombre decente,
se lo puedo garantir.
He tenido un mal momento
al toparme a esa malvada,
mas no pienso hacerle nada,
¡Para qué! Ya se ha muerto para mí.

Un tropezón
cualquiera da en la vida,
y el corazón
aprende así a vivir.

D'entre su barro la saqué un día
y con amor la quise hasta mi altar.
Pero bien dicen que la cabra al monte tira
y una vez más razón tuvo el refrán.
Fui un gran otario para esos vivos,
pobres donjuanes de cabaret,
fui un gran otario porque la quise
como ellos nunca podrán querer.

Lléveme nomás agente,
es mejor que no me largue.
No quiera Dios que me amargue
recordando su traición.
Y olvidándome de todo
a mi corazón me entregue
y al volverla a ver me ciegue,
y ahí nomás...
¡Lléveme, será mejor!

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Una canción
Música: Aníbal Troilo
Letra: Cátulo Castillo
La copa de alcohol hasta el final
y en el final tu niebla, bodegón...
Monótono y fatal
me envuelve el acordeón
con un vapor de tango que me hace mal...
¡A ver, mujer! Repite tu canción
con esa voz gangosa de metal,
que tiene olor a ron
tu bata de percal
y tiene gusto a miel
tu corazón...

Una canción
que me mate la tristeza,
que me duerma, que me aturda
y en el frío de esta mesa
vos y yo: los dos en curda...
Los dos en curda
y en la pena sensiblera
que me da la borrachera
yo te pido, cariñito,
que me cantes como antes,
despacito, despacito,
tu canción una vez más...

La dura desventura de los dos
nos lleva al mismo rumbo, siempre igual,
y es loco vendaval
el viento de tu voz
que silba la tortura del final...
¡A ver, mujer! Un poco más de ron
y ciérrate la bata de percal
que vi tu corazón
desnudo en el cristal,
temblando al escuchar
esa canción...

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Una carta
Música: Miguel Bucino
Letra: Miguel Bucino
(recitado)
Lloró el malevo esa noche sobre el piso de cemento
y un gesto imponente y fiero en su cara se pintó.
Tomó la pluma con rabia, mientras ahogaba un lamento
a su madre inolvidable esta carta le escribió:

(cantado)
Vieja:
Una duda cruel me aqueja
y es más fuerte que esta reja
que me sirve de prisión.
No es que me amargue
la tristeza de mi encierro
y tirado corno perro
arrumbao en un rincón
quiero,
que me diga con franqueza
si es verdad que de mi pieza
se hizo dueño otro varón.

Diga, madre, si es cierto que la infame
abusando que estoy preso me ha engañao...
Y si es cierto que al pebete lo han dejao
en la casa de los pibes sin hogar...
Si así fuera... ¡Malhaya con la ingrata!...
Algún día he de salir y entonces, vieja,
se lo juro por la cruz que hice en la reja
que esa deuda con mi daga he de cobrar.

Vieja:
Vos que nunca me mentiste,
vos que todo me lo diste,
no me tengas compasión
que, aunque me duela,
la verdad quiero saberla...
No es el miedo de perderla
ni es el miedo a la traición.
Pero,
cuando pienso en el pebete
siento que se me hace un siete
donde tengo el corazón.

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Una emoción
Música: Raúl Kaplún
Letra: José María Suñé
Vengan a ver que traigo yo
en esta unión de notas y palabras,
es la canción que me inspiró
la evocación que anoche me acunaba.
Es voz de tango modulado en cada esquina,
por el que vive una emoción que lo domina,
quiero cantar por este son
que es cada vez más dulce y seductor.

Envuelto en la ilusión anoche lo escuché,
compuesta la emoción por cosas de mi ayer,
la casa en que nací,
la reja y el parral,
la vieja calesita y el rosal.
Su acento es la canción de voz sentimental,
su ritmo es el compás que vive en mi ciudad,
no tiene pretensión,
no quiere ser procaz,
se llama tango y nada más.

Esta emoción que traigo yo,
nació en mi voz cargada de nostalgia.
Siento un latir de rebelión cuando a este son
sus versos le disfrazan.
Si es tan humilde y tan sencillo en sus compases,
porque anotarle un mal ejemplo en cada frase.
Con este resto de emoción
muy fácil es llegar al corazón.

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Una historia como tantas
Música: Armando Pontier
Letra: Héctor Marcó
Total... una historia como tantas...
¿Mi amor... hoy qué pecho ha de golpear?...
Sigue el mundo con su farsa
por las calles de la vida,
como siguen encendidas
tus pupilas en mi afán...
Con tus labios en los míos
me implorabas tantas cosas...
¡Esas cosas que se dicen
cuando el alma va a estallar!
Total... ese mismo juramento...
Tu amor... ¡Y otro amor para llorar!

Los dos... ¡Toda la vida!
Mentiste, ¿Lo recuerdas?...
Tu boca se hizo llama...
Tus ojos, frenesí...
Y el aire puso un canto
de amor sobre la tierra
y el mundo fue más mío
que el beso que te di...
Tus manos hoy son duendes
que ahogan mi garganta...
¡Tus frases son cuchillos
clavándome a traición!...
¡Qué ley la del cariño,
hoy soy el vil que llora...
y tú, la pecadora!
Te ríes del amor...

Total... es el grito de la vida...
Caer... y volver a perdonar...
Y buscar en otra boca
esa voz que amor predice,
y en un mar de cicatrices
otra herida... y otra más...
¡No!... No quiero en otros labios
refugiarme de esta pena,
¡Quiero en ti, quiero en los tuyos...
encontrar una verdad!...
Si tu... tu me ataste esta cadena.
Sin ti... ¡Es mejor la soledad!

Total... una historia como tantas...
Fatal... fue la historia de los dos...

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Una lágrima
Música: Nicolás Verona
Letra: Eugenio Cárdenas
Cuando rodó, cual gota cristalina,
sobre su faz, la lágrima de amor,
me pareció su cara tan divina
un lirio azul besado por el sol.
Y recordé que aquella muchachita
guardaba en su alma ya muerta la ilusión,
porque el galán después de tantas citas
le hizo morir de angustia el corazón.

Cuando ve la carta amarillenta
llena de pasajes de su vida
siente que la pena se le aumenta
al ver tan destruida
la esperanza que abrigó.

El hombre aquel a quién adoró tanto
y le entregó su vida virginal
le hizo empapar su juventud de llanto
¡la hizo vivir cien noches de ansiedad!
Y al recordar la dicha que soñara
mira esa carta que un día él le mandó
pidiéndole que ella lo perdonara
si nunca más volvía... y no volvió...

Esta triste historia de su vida
ella, cabizbaja me contaba,
mientras que una lágrima rodaba
por su hermosa cara
llena de amargo dolor.

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Una lágrima tuya
Música: Mariano Mores
Letra: Homero Manzi
Una lágrima tuya
me moja el alma,
mientras rueda la luna
por la montaña.

Yo no sé si has llorado
sobre un pañuelo
nombrándome,
nombrándome,
con desconsuelo.

La voz triste y sentida
de tu canción,
desde otra vida
me dice adiós.

La voz de tu canción
que en el temblor de las campanas
me hace evocar el cielo azul
de tus mañanas llenas de sol.

Una lágrima tuya
me moja el alma
mientras gimen
las cuerdas de mi guitarra.

Ya no cantan mis labios
junto a tu pelo,
diciéndote,
diciéndote,
lo que te quiero.

Tal vez con este canto
puedas saber
que de tu llanto
no me olvidé,
no me olvidé.

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Uno
Música: Mariano Mores
Letra: Enrique Santos Discépolo
Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel
y es mucha pero lucha y se desangra
por la fe que lo empecina...
Uno va arrastrándose entre espinas
y en su afán de dar su amor,
sufre y se destroza hasta entender
que uno se ha quedao sin corazón...
Precio de castigo que uno entrega
por un beso que no llega
a un amor que lo engañó...
¡Vacío ya de amar y de llorar
tanta traición!

Si yo tuviera el corazón...
(El corazón que di...)
Si yo pudiera como ayer
querer sin presentir...
Es posible que a tus ojos
que me gritan tu cariño
los cerrara con mis besos...
Sin pensar que eran como esos
otros ojos, los perversos,
los que hundieron mi vivir.
Si yo tuviera el corazón...
(El mismo que perdí...)
Si olvidara a la que ayer
lo destrozó y... pudiera amarte..
me abrazaría a tu ilusión
para llorar tu amor...

Pero, Dios te trajo a mi destino
sin pensar que ya es muy tarde
y no sabré cómo quererte...
Déjame que llore
como aquel sufre en vida
la tortura de llorar su propia muerte...
Pura como sos, habrías salvado
mi esperanza con tu amor...
Uno está tan solo en su dolor...
Uno está tan ciego en su penar....
Pero un frío cruel
que es peor que el odio
-punto muerto de las almas,
tumba horrenda de mi amor-
maldijo para siempre y me robó...
toda ilusión...

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Uno y uno
Música: Julio Pollero
Letra: Lorenzo Juan Traverso
Hace rato que te juno
que sos un gil a la gurda,
pretencioso cuando curda,
engrupido y charlatán.
Se te dio vuelta la taba,
hoy andás hecho un andrajo;
has descendido tan bajo
que ni bolilla te dan.

¿Qué quedó de aquel jailefe
que en el juego del amor
decía siempre: "Mucha efe
me tengo pa' tayador"?
¿Dónde están aquellos briyos
y de vento aquel pacoy,
que disqueabas, poligriyo,
con las minas del convoy?

¿Y esos jetras tan costosos,
funyi y tarros de un color,
que de puro espamentoso
los tenías al por mayor?
¿Y esas grelas que engrupido
te tenían con su amor?
¿No manyás que vos has sido
un mishé de lo mejor?

Se acabaron esos saques
de cincuenta ganadores;
ya no hay tarros de colores
ni almuerzos en el Julien.
Ya no hay paddock en las carreras,
y hoy, si no te ve ninguno,
te acoplás con uno y uno...
¡Qué distinto era tu tren!

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