Letras de tango
Bailarín compadrito
Música: Miguel Bucino
Letra: Miguel Bucino
Vestido como dandy, peinao a la gomina
y dueño de una mina más linda que una flor,
bailás en la milonga con aire de importancia,
luciendo la elegancia y haciendo exhibición.

Cualquiera iba a decirte, che, reo de otros tiempos,
que un día llegarías a rey de cabaret,
que pa' enseñar tu corte pondrías academia...
Al taura siempre premia la suerte que es mujer.

Bailarín compadrito,
que floriaste tu corte primero,
en el viejo bailongo orillero
de Barracas al sur.

Bailarín compadrito,
que quisiste probar otra vida,
y al lucir tu famosa corrida
te viniste al Maipú.

Araca, cuando a veces oís La Cumparsita
yo sé cómo palpita tu cuore al recordar
que un día lo bailaste de lengue y sin un mango
y ahora el mismo tango bailás hecho un bacán.

Pero algo vos darías por ser sólo un ratito
el mismo compadrito del tiempo que se fue,
pues cansa tanta gloria y un poco triste y viejo
te ves en el espejo del viejo cabaret.

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Bailate un tango Ricardo
Música: Juan D'Arienzo
Letra: Ulises Petit de Murat
Le saco orilla a mi vida para arrimarla a tu muerte.
Total la vida es la suerte que se da por el retardo
medio haragán de la muerte y yo estoy ya que me ardo
por gritarte fuerte, fuerte ¡bailate un tango, Ricardo!

(Ricardo Güiraldes baila y el ángel del recuerdo lo acompaña
se manda una medialuna y un intenso puente macho
rubricando Buenos Aires de arrabal con Pampa y Tango).

¡Bailate un tango, Ricardo! Miralo a quien te lo grita
pues no es ninguna pavada, ese muchacho es el bardo,
el de La Crencha Engrasada. De la Púa ahora te invita;
¡bailate un tango, Ricardo!

(Ricardo Güiraldes baila saliéndose de la vida...
al bailar lleva dormida como antaño a las mujeres
a la muerte que murmura perdida en el entresueño,
bailate un tango, Ricardo)

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Bailemos
Música: Pascual Mamone
Letra: Reinaldo Yiso
No llores, no muchacha, la gente está mirando
bailemos este tango, el tango del adiós...
así entre mis brazos, mirándote a los ojos
yo quiero despedirme sin llanto y sin dolor...
La vida caprichosa nos puso frente a frente
prendiendo en nuestro pecho la hoguera de un querer,
mas hoy, la misma vida nos manda separarnos
el sueño de querernos, ya ves, no puede ser...

Bailemos
como antes, cariñito,
abrazados, bien juntitos,
sólo un alma entre los dos...
Bailemos
que no vea en tus pupilas
una lágrima furtiva,
ni una sombra, ni un dolor...
Bailemos
que después ya sin tus ojos
he de arrancar un sollozo
por mi amor y por tu amor...
Siempre
estarás en mi desvelo
¡como una estrella en el cielo
prendida en mi corazón!

No intentes rebelarte, lo nuestro es imposible,
un sueño irrealizable que nunca floreció,
qué importa que nos una un mismo sentimiento
y encienda nuestras almas la antorcha del amor...
Que tengas mucha suerte, que Dios no te abandone,
yo sé que a mí me espera la eterna soledad,
no tiembles en mis brazos, te ruego me perdones,
el tango ya termina... salgamos a llorar...

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Bajo Belgrano
Música: Anselmo Aieta
Letra: Francisco García Jiménez
Bajo Belgrano... Cómo es de sana
tu brisa pampa de juventud,
que trae silbido, canción y risa
desde los patios de los studs.
¡Cuánta esperanza la que en voz vive!.
La del peoncito que le habla al crack:
-Sacame 'e pobre, pingo querido,
¡no te me manques pa'l Nacional!...

Calle Blandengues... donde se asoma
la morochita linda y gentil,
que pone envueltas con su mirada
sus simpatías sobre un mandil...
En la alborada de los aprontes,
al trote corto del vareador,
se cruza el ansia de la fortuna
con la sonrisa del buen amor...

La tibia noche de primavera,
turban las violas en "El Lucero",
se hizo la fija del parejero
y están de asado, baile y cantor.
Y mientras pierde la vida un tango
que el ronco fueye lento rezonga,
se alza la cifra de una milonga
con el elogio del cuidador.

Bajo Belgrano... cada semana,
el grito tuyo que viene al centro:
-¡Programa y montas para mañana...
Las ilusiones prendiendo va...
Y en el delirio de los domingos
tenés reunidos, frente a la cancha
gritando el nombre de tus cien pingos
los veinte barrios de la ciudad!...

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Bajo un cielo de estrellas
Música: Enrique Francini
Letra: José María Contursi
(vals)
Mucho tiempo después de alejarme,
vuelvo al barrio que un día dejé...
con el ansia de ver por sus calles
mis viejos amigos, el viejo café.
En la noche tranquila y oscura
hasta el aire parece decir:
"No te olvides que siempre fui tuya
y sigo esperando que vuelvas a mí".

En esta noche vuelvo a ser
aquel muchacho soñador
que supo amarte y con sus versos
te brindó sus penas...
Hay una voz que me dice al oído :
"Yo sé que has venido
por ella... por ella !".
Qué amable y qué triste es a la vez
la soledad del arrabal
con sus casitas y los árboles que pintan sombras.
Sentir que todo... que todo la nombra,
¡qué ganas enormes me dan de llorar!

Bajo el cielo cubierto de estrellas
una sombra parezco al pasar...
No he de verme jamás con aquella
¡qué tanto mi quiso... y hoy debo olvidar!
En la noche tranquila y oscura
hasta el aire parece decir:
"Para qué recordar que fui tuya
si yo ya no espero que vuelvas a mí!".

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Balada para mi muerte
Música: Astor Piazzolla
Letra: Horacio Ferrer
(canción)
Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
guardaré mansamente las cosas de vivir,
mi pequeña poesía de adioses y de balas,
mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.

Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba,
mi penúltimo whisky quedará sin beber,
llegará, tangamente, mi muerte enamorada,
yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis.

Hoy que Dios me deja de soñar,
a mi olvido iré por Santa Fe,
sé que en nuestra esquina vos ya estás
toda de tristeza, hasta los pies.
Abrazame fuerte que por dentro
me oigo muertes, viejas muertes,
agrediendo lo que amé.
Alma mía, vamos yendo,
llega el día, no llorés.

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
que es la hora en que mueren los que saben morir.
Flotará en mi silencio la mufa perfumada
de aquel verso que nunca yo te supe decir.

Andaré tantas cuadras y allá en la plaza Francia,
como sombras fugadas de un cansado ballet,
repitiendo tu nombre por una calle blanca,
se me irán los recuerdos en puntitas de pie.

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
guardaré mansamente las cosas de vivir,
mi pequeña poesía de adioses y de balas,
mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.

Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba,
mi penúltimo whisky quedará sin beber,
llegará, tangamente, mi muerte enamorada,
yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis,
cuando sean las seis, ¡cuando sean las seis!

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Balada para un loco
Música: Astor Piazzolla
Letra: Horacio Ferrer
(Recitado)
Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa,
por Arenales. Lo de siempre: en la calle y en vos. . . Cuando, de repente, de
atrás de un árbol, me aparezco yo. Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer
polizonte en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa
pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de
taxi libre levantada en cada mano. ¡Te reís!... Pero sólo vos me ves: porque los
maniquíes me guiñan; los semáforos me dan tres luces celestes, y las naranjas
del frutero de la esquina me tiran azahares. ¡Vení!, que así, medio bailando y
medio volando, me saco el melón para saludarte, te regalo una banderita, y te
digo...

(Cantado)
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao;
que un corso de astronautas y niños, con un vals,
me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!

Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...
el loco berretín que tengo para vos:

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!

(Recitado)
Salgamos a volar, querida mía;
subite a mi ilusión super-sport,
y vamos a correr por las cornisas
¡con una golondrina en el motor!

De Vieytes nos aplauden: "¡Viva! ¡Viva!",
los locos que inventaron el Amor;
y un ángel y un soldado y una niña
nos dan un valsecito bailador.

Nos sale a saludar la gente linda...
Y loco, pero tuyo, ¡qué sé yo!:
provoco campanarios con la risa,
y al fin, te miro, y canto a media voz:

(Cantado)

Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Trepate a esta ternura de locos que hay en mí,
ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!
¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!

Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Abrite los amores que vamos a intentar
la mágica locura total de revivir...
¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!

(Gritado)

¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
Loca ella y loco yo...
¡Locos! ¡Locos! ¡Locos!
¡Loca ella y loco yo

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Baldosa floja
Música: Florindo Sassone / Julio Bocazzi
Letra: Dante Gilardoni
(milonga)
Yo llevo el baile en la sangre
y cumplo con mi destino,
mi vida está en la milonga
y he de seguir por ese camino.
No soy constante en amores
por eso tan solo estoy,
mi carta me la he jugado
y si he perdido, pago y me voy.

Rebelde soy para el lazo
ni sus cadenas me echó el amor,
yo soy gorrión viajero
y el mundo entero fue mi ambición.
Igual que baldosa floja
salpico si alguien me pone el pie,
no sé... querer,
mi amor... se fue,
yo iré... bailando
mientras las tabas
me den con que...

Si a veces alguna pena
me llega a mojar los ojos
y surgen desde el olvido
aquellos labios siempre tan rojos,
me afirmo el chambergo claro
y agarro p'al cabaré,
mi vida es una milonga
y sé que bailando yo moriré.

Igual que baldosa floja
salpico si alguien me pone el pie.

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Bandoneón arrabalero
Música: Juan Bautista Deambroggio
Letra: Pascual Contursi
Bandoneón arrabalero
viejo fueye desinflado,
te encontré como un pebete
que la madre abandonó,
en la puerta de un convento,
sin revoque en las paredes,
a la luz de un farolito
que de noche te alumbró.

Bandoneón
porque ves que estoy triste y cantar ya no puedo,
vos sabés
que yo llevo en el alma
marcao un dolor.

Te llevé para mi pieza
te acuné en mi pecho frío...
Yo también abandonado
me encontraba en el bulín...
Has querido consolarme
con tu voz enronquecida
y tus notas doloridas
aumentó mi berretín.

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Barajando
Música: Nicolás Vaccaro
Letra: Eduardo Escaris Méndez
Con las cartas de la vida por mitad bien marquilladas,
como guillan los malandros carpeteros de cartel,
mi experiencia timbalera y las treinta bien fajadas,
me largué por esos barrios a encarnar el espinel.
Ayudado por mi cara de galaico almacenero
trabajándose a la serva de una familia de bien,
y mi anillo de hojalata con espejo vichadero,
me he fritado muchos vivos, como ranas al sartén.

Pero, en cambio, una percanta que me tuvo rechiflado
y por quien hasta de espaldas con el lomo caminé,
me enceró con un jueguito tan al lustre preparado
que hasta el pelo de las manos de cabrero me arranqué.
Mientras yo tiraba siempre con la mula bien cinchada,
ella, en juego con un coso mayorengo y gran bacán,
se tomaba el Comte Rosso, propiamente acomodada,
y en la lona de los giles me tendió en el cuarto round.

Me la dieron como a un zonzo, pegadita con saliva,
mas mi cancha no la pierdo por mal juego que se dé
y, si he quedao arañando como gato panza arriba,
me consuelo embolsicando la experiencia que gané.
En el naipe de la vida, cuando cartas son mujeres,
aunque lleve bien fajadas pa'l amor las treinta y tres,
es inútil que se prendan al querer con alfileres,
si la mina no es de un paño, derechita y sin revés.

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Barrio de tango
Música: Aníbal Troilo
Letra: Homero Manzi
Un pedazo de barrio, allá en Pompeya,
durmiéndose al costado del terraplén.
Un farol balanceando en la barrera
y el misterio de adiós que siembra el tren.
Un ladrido de perros a la luna.
El amor escondido en un portón.
Y los sapos redoblando en la laguna
y a lo lejos la voz del bandoneón.

Barrio de tango, luna y misterio,
calles lejanas, ¡cómo estarán!
Viejos amigos que hoy ni recuerdo,
¡qué se habrán hecho, dónde estarán!
Barrio de tango, qué fue de aquella,
Juana, la rubia, que tanto amé.
¡Sabrá que sufro, pensando en ella,
desde la tarde que la dejé!
Barrio de tango, luna y misterio,
¡desde el recuerdo te vuelvo a ver!

Un coro de silbidos allá en la esquina.
El codillo llenando el almacén.
Y el dramón de la pálida vecina
que ya nunca salió a mirar el tren.
Así evoco tus noches, barrio 'e tango,
con las chatas entrando al corralón
y la luna chapaleando sobre el fango
y a lo lejos la voz del bandoneón.

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Barrio pobre
Música: Vicente Belvedere
Letra: Francisco García Jiménez
En este barrio que es reliquia del pasado,
por esta calle, tan humilde tuve ayer,
detrás de aquella ventanita que han cerrado,
la clavelina perfumada de un querer...
Aquellas fiestas que en tus patios celebraban
algún suceso venturoso del lugar,
con mi guitarra entre la rueda me contaban
y en versos tiernos entonaba mi cantar...

Barrio... de mis sueños más ardientes,
pobre...cual las ropas de tus gentes.
Para mí guardabas toda la riqueza
y lloviznaba la tristeza
cuando te di mi último adiós...
¡Barrio... barrio pobre, estoy contigo!...
¡Vuelvo a cantarte, viejo amigo!
Perdoná los desencantos de mi canto,
pues desde entonces, lloré tanto,
que se ha quebrado ya mi voz...

Por esta calle iba en pálidas auroras
con paso firme a la jornada de labor;
cordial y simple era la ronda de mis horas;
amor de madre, amor de novia...¡siempre amor!
Por esta calle en una noche huraña y fría
salí del mundo bueno y puro del ayer,
doblé la esquina sin pensar lo que perdía,
me fui sin rumbo, para nunca más volver....

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Barrio reo
Música: Roberto Fugazot
Letra: Alfredo Navarrine
Viejo barrio de mi ensueño,
el de ranchitos iguales,
como a vos los vendavales
a mí me azotó el dolor.
Hoy te encuentro envejecido
pero siempre tan risueño,
barrio lindo. .. Y yo qué soy...
Treinta años y mirá,
mirá que viejo estoy...

Mi barrio reo,
mi viejo amor,
oye el gorjeo,
soy tu cantor.
Escucha el ruego
del ruiseñor
que, hoy que está ciego,
canta mejor.
Busqué fortuna
y hallé un crisol;
plata de luna
y oro de sol.
Calor de nido
vengo a buscar...
Estoy rendido
de tanto amar.

Barrio reo, campo abierto
de mis primeras andanzas,
en mi libro de esperanza
sos la página mejor.
Fuiste cuna y serás tumba
de mis líricas tristezas...
Vos le diste a tu cantor
el alma de un zorzal
que se murió de amor.

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Besos brujos
Música: Alfredo Malerba / Rodolfo Sciammarella
Letra: Alfredo Malerba / Rodolfo Sciammarella
¡Déjame, no quiero que me beses!
Por tu culpa estoy sufriendo
la tortura de mis penas...
¡Déjame, no quiero que me toques!
Me lastiman esas manos,
me lastiman y me queman
No prolongues más mi desventura,
si eres hombre bueno así lo harás.
Deja que prosiga mi camino,
te lo pido a tu conciencia,
no te puedo amar.

Besos brujos, besos brujos
que son una cadena
de desdicha y de dolor.
Besos brujos...
yo no quiero que mi boca maldecida
traiga más desesperanzas
en mi alma... en mi vida...
Besos brujos...
¡Ah, si pudiera arrancarme
de los labios esta maldición!

¡Déjame, no quiero que me beses!
Yo no quiero que me toques,
lo que quiero es libertarme...
Nuevas esperanzas en tu vida
te traerán el dulce olvido,
pues tienes que olvidarme.
Deja que prosiga mi camino,
que es la salvación para los dos...
¿Que ha de ser tu vida al lado mío?
¡El infierno y el vacío!
Tu amor sin mi amor.

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Betinotti
Música: Sebastián Piana
Letra: Homero Manzi
(milonga)
En el fondo de la noche
la barriada se entristece
cuando en la sombra se mece
el rumor de una canción.
Paisaje de barrio turbio
chapaleado por las chatas
que al son de cien serenatas
perfumó su corazón.

Mariposa de alas negras
volando en el callejón,
al rumorear la bordona
junto a la paz del malvón.
Y al evocar en la noche
voces que el tiempo llevó,
van surgiendo del olvido
las mentas del payador.

Estrofa de Betinotti
rezongando en las esquinas.
Tristezas de chamuchina
que jamás te olvidarán.
Angustias de novia ausente
y de madre abandonada
que se quedaron grabadas
en tu vals sentimental.

Y la noche de los barrios
prolongó un canto de amor
animando tu recuerdo
¡Betinotti, el Payador!

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Bien criolla y bien porteña
Música: Armando Pontier
Letra: Homero Expósito
(milonga)
Para cantarle al amor
no se precisa experiencia:
se forma un nido entre dos
y lo demás... va sin letra.
Que así empecé esta milonga
bien criolla y bien porteña,
para cantarle al amor
que sólo siento por ella.

Ella es triste como un tango,
ella tiene gusto a menta
y es sencilla como el lazo
que me anuda a su tristeza.
Ella es como el mate amargo,
bien criolla y bien porteña,
y es acorde en la guitarra.
¡Qué milonga milonguera
la canción de la esperanza
que el amor hace canción!

Para cantarle al amor
no hay que mirar las estrellas,
hay que ser hombre de honor
y lo demás... no interesa,
que al terminar la milonga
bien criolla y bien porteña,
para cantarle al amor
yo canto de esta manera.

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Bien frappé
Música: Carlos Di Sarli
Letra: Héctor Marcó
A ver, mozo, traiga y sirva
caña fuerte, grappa o whisky
bien frappé,
para auyentar estas penas
que atoran mis venas
de rabia y de sed...
Y si al recuerdo me abrazo,
usted no haga caso,
castíguemelo...
Eche hasta que el vaso lleno
se retobe de veneno
como yo...

Para arrancarme sus males
yo quiero hartarme de alcohol,
que estos amores cobardes
se prenden al alma
y apagan mi sol...
Y si mi mente se agota
de tanto y tanto beber,
siga llenando mi copa,
que es honda y es loca
la sed de un querer.

A ver, mozo, traiga y sirva
caña fuerte, grappa o whisky
pa' l dolor,
que el sol de sus veinte años
quemó con su engaño
mi vida y mi amor;
que en su boca mentirosa
pintada de rosa
de hiel me embriagué
y hoy, al ver que se resiste,
busco olvido y quiero whisky
bien frappé.

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Bien pulenta
Música: Juan D'Arienzo / Héctor Varela
Letra: Carlos Waiss
Estoy hecho en el ambiente de muchachos calaveras,
entre guapos y malandras me hice taura pa' tallar,
me he jugado sin dar pifia en bulines y carpetas,
me enseñaron a ser vivo muchos vivos de verdad.
No me gustan los boliches que las copas charlan mucho
y entre tragos se deschava lo que nunca se pensó.
Yo conozco tantos hombres que eran vivos y eran duchos
y en la cruz de cuatro copas se comieron un garrón.

Yo nunca fui shusheta
de pinta y fulería,
y sé lo que es jugarse
la suerte a una baraja
si tengo un metejón.
Le escapo a ese chamuyo
fulero y confidente
de aquéllos que se sienten
amigos de ocasión.
Yo soy de aquellas horas
que laten dentro 'el pecho,
de minas seguidoras,
de hombres bien derechos
tallando tras cartón.

Siempre sé tener conducta por más contra que me busquen,
aunque muchos se embalurden que soy punto pa' currar,
ando chivo con la yuta porque tengo mi rebusque
y me aguanto cualquier copo con las cartas que me dan.
No me gusta avivar giles que después se me hacen contra,
acostumbro escuchar mucho, nunca fui conversador.
Y aprendí desde purrete que el que nace calavera
no se tuerce con la mala, ni tampoco es batidor.

arriba
Boedo
Música: Julio De Caro
Letra: Dante A. Linyera
Sos barrio del gotán y la pebeta,
el corazón del arrabal porteño,
cuna del malandrín y del poeta,
rincón cordial,
la capital
del arrabal.

Yo me hice allí de corazón malevo
porque enterré mi juventud inquieta
junto al umbral en el que la pebeta
ya no me espera
pa' chamuyar.

Boedo, vos sos como yo:
malevo como es el gotán,
abierto como un corazón
que ya se cansó de penar.
Lo mismo que vos soy así:
por fuera cordial y cantor,
a todos les bato que sí
y a mi corazón le bato que no.

Sos como yo de milongón... Un cacho
del arrabal, en su emoción del lengue,
ande el gotán, provocador y macho
hoy es el Dios
Nuestro Señor
del Berretín.

¿Qué quiere hacer esa fifí Florida?
¡Si vos ponés tu corazón canyengue,
como una flor en el ojal prendida,
en los balcones
de cada bulín!

arriba
Botines viejos
Música: Juan de Dios Filiberto
Letra: Alberto Vaccarezza
¡Aquí están!... Botines viejos
de mis líricas andanzas,
buscadores de esperanzas
que la vida nos truncó.

Por la calle de mis penas
tristemente caminaron
hasta que se destrozaron
desde la suela al talón.

Con dolor los miro,
fieles compañeros
que tras ella fueron
y consumieron de tanto andar.

Y una voz que viene
desde su abandono,
dice a mis oídos:
"Lo que has perdido
no encontrarás".

Hoy, desengañao y triste,
me imagino que la vida
es la suela consumida
en inútil caminar...

Y por eso me arrincono
viendo mi ilusión tan lejos,
como los botines viejos
que ya nunca se han de usar.

arriba
Bronca
Música: Edmundo Rivero
Letra: Mario Battistella
Por seguir a mi conciencia
estoy bien en la palmera,
sin un mango en la cartera
y con fama de chabón.
Esta es la época moderna
donde triunfa el delincuente,
y el que quiere ser decente
es del tiempo de Colón.

Lo cortés pasó de moda,
no hay modales con las damas,
ya no se respetan canas
ni las leyes ni el poder.
La decencia la tiraron
en el tacho 'e la basura
y el amor a la cultura
todo es grupo, puro bluff.

¿Qué pasa en este país,
qué pasa, mi Dios,
que nos venimos tan abajo?
¡qué tapa que nos metió
el año sesenta y dos!
¿Qué pasa?
¿Qué signo infernal
¿Qué signo infernal
lo arrastra al dolor?
Ya ni entre hermanos se entienden
en esta gran confusión...
Que si falta la guita...
Que si no hay más lealtad...
¿Y nuestra conciencia,
no vale eso más?

Refundir a quien se pueda
es la última consigna
y ninguno se resigna
a quedarse sin chapar...
Se trafica con las drogas,
la vivienda, el contrabando.
Todos ladran por el mando,
nadie quiere laburar.

Los muleros van en coche
Satanás está de farra
y detrás de la fanfarra
salta y baila el arlequín...
¡Es la hora del asalto!
¡Métanle que son pasteles!
Y así queman los laureles
que supimos conseguir.

arriba
Buenos Aires
Música: Manuel Jovés
Letra: Manuel Romero
Buenos Aires la Reina del Plata,
Buenos Aires mi tierra querida;
escuchá mi canción
que con ella va mi vida.

En mis horas de fiebre y orgía,
harto ya de placer y locura,
en ti pienso patria mía
para calmar mi amargura.

Noches porteñas, bajo tu manto
dichas y llanto muy juntos van.
Risas y besos, farra corrida,
todo se olvida con el champán.

Y a la salida de la milonga
se oye a una nena pidiendo pan,
por algo es que en el gotán
siempre solloza una pena.

Y al compás rezongón de los fuelles
un bacán a la mina la embrolla,
y el llorar del violín va
pintando el alma criolla.

Buenos Aires, cual a una querida
si estás lejos mejor hay que amarte,
y decir toda la vida
antes morir que olvidarte.

arriba
Buenos Aires conoce
Música: Raúl Garello
Letra: Rubén Garello
Buenos Aires conoce mi aturdida ginebra
el silbido más mío, mi gastado camino...
Buenos Aires recuerda mi ventana despierta
mis bolsillos vacíos, mi esperanza de a pie.
Buenos Aires conoce mi mujer y mi noche,
mi café y mi cigarro, mi comida y mi diario.
Buenos Aires me tiene apretado a su nombre
atrapado en sus calles, ambulando su piel.

Refugio de mis largas madrugadas.
Abrigo de mi verso y de mi sino.
Su cielo de gorrión, su luna triste
son cosas que también viven conmigo.
Esquina de las cuadras de mi vida.
Guarida de mis sueños más absurdos.
Embarcadero gris de mi ambición de luz.
Secreta latitud de mi canción.

Inventor del misterio, bandoneón gigantesco.
Buenos Aires escucha mi silencio y mi lucha.
Él recuerda conmigo las monedas azules
y me presta el olvido de su ir y venir.
Sus gorriones sin techo, su cintura de río
son también algo mío, yo también los respiro.
Buenos Aries es un duende, una copa de vino
Ese amigo sin nombre que se encuentra al azar.

arriba
Buenos Aires es tu fiesta
Música: Raúl Garello
Letra: Horacio Ferrer
Y fue un extraño laberinto,
diez idiomas, mil delirios,
gauchos, gaitas, tanos, sirios
y un milagro: convivir.

Y fue un colmao de Andalucía,
de Inglaterra fueron vías,
del Japón tintorerías
y fue un toque de París.

Y fue que un día el ser porteño
fue un fanático evangelio,
prepotente como el sueño
de un planeta en soledad.

Y fue toda Buenos Aires
como un cosmos de ciudades
subyugadas por la sangre
de una mágica ciudad.

Y fue una forma de vivir,
de ambicionar y de bailar,
y tantas formas de decir: amá!

Buenos Aires es la vida
que maquina en cada esquina
y un enigma que descifran
los filósofos de un bar.

Es un chiste al Obelisco
y un sainete en colectivo,
el tablón de los domingos
y la misa en el Pilar.

Es el arte de la hermosa
que trasnocha y madrugó,
Buenos Aires tiene sombras
del color del bandoneón.

Es la voz de un coliflor
disfrazado de Gardel
y es volver a enamorarse
por Callao y Santa Fe.

Cuando llegués de New York,
de Hong Kong o de Madrid,
hay un bife en Chiquilín
y un abrazo para vos.

Volvé, soñá, mirá, viví!

Es por el sur un laburante
por el norte un viejo dandy,
y en el centro es Woody Allen
mezcla con Discepolín.

Es algún fato en Recoleta,
en Palermo una tripleta
y un rumor de feria persa
por Corrientes y Junín.

Es un menú de sabios, zonzos,
vagos, santos y mafiosos,
Locos Chávez e Isidoros
y un amigo siempre ahí.

Dice adiós en Chacarita,
dice hola en cada cita,
dice sí frente al curita,
dice yes y dice oui.

Y es una forma de cinchar,
de presentir y de cantar,
y tantas formas de decir: amá!

Buenos Aires se persigna
por los verdes del cambista,
por la cara del artista
que lloró en el camarín.

Es la luz de las ventanas
de las tres de la mañana,
un viejito en plaza Irlanda
y el ritual del copetín.

Es Clarín, Prode, analista,
cheques, libros y nocauts,
el mitín, Plaza de Mayo,
y la fe rumbo a Luján.

Es Traviata en el Colón
y La Yumba en el café,
"Buenos Aires es tu fiesta"
dice el verso de Rubén.

Cuando llegués de New York,
de Hong Kong o de Madrid,
hay un bife en Chiquilín
y un abrazo para vos.

Volvé, mirá, soñá, viví!
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Buenos Aires vos y yo
Música: Osvaldo Avena
Letra: Héctor Negro
Sé que te trajo Buenos Aires nuevamente,
que no pudiste olvidar así nomás
ni tus recuerdos, ni tu esquina, ni tu gente
ni aquellos besos que te di por Parque Chas.

¡Qué ganas locas de mostrarte el barrio nuevo
al que lejano le buscabas el color!
El mismo cielo que en las manos hoy te llevo
ya no es el mismo que mojaste con tu adiós.

Y te prometo que muy juntos andaremos
en cada cosa que la infancia iluminó.
Porque hoy regresas y tu vuelta cantaremos
los tres como antes: Buenos Aires, vos y yo.

Te mostraré la misma calle que dejaste,
esa pared donde pintaste el corazón.
Y aquella estrella que una noche descolgaste
la buscaremos con la luz de nuestro sol.

Donde la piedra junto al río se hace vuelo,
la Costanera nos verá, canción de dos.
Y en esa Boca de cansancio y Riachuelo
nos quedaremos, con un beso, en un rincón.

Qué importará tanta nostalgia en tu pañuelo,
tanta neblina que en el tiempo se quemó.
Hoy tu vuelta y nosotros cantaremos
los tres como antes: Buenos Aires, vos y yo.

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