Letras de tango
Pa' mi es igual
Música: Lucio Demare / Roberto Fugazot
Letra: Enrique Cadícamo / Agustín Irusta
Aquí estamos los dos, bien frente a frente,
dame tu mano, machucá la mía;
la desgracia ha venido en este día
para ver si somos hombres de verdad.
Hoy lo supe, te juro que he llorado
pobrecita tu vieja, quien diría,
tan guapaza, tan buena, me quería...
como a vos que eras su hijo, ¿te acordás?

Desembuchá el dolor, vení sentate;
olvidemos aquello que ha pasado
que nos tuvo diez años distanciados
y el corazón, sin asco, nos bandeó.
Mirame, hermano, que hace mucho tiempo
que no nos vemos, que no nos hablamos;
¿sabés que estamos viejos?, que blanqueamos
esas canas que hoy cinchan la vejez.

Total, por unas trenzas y una boca
más roja que la sangre de esa tarde;
ninguno de los dos fuimos cobardes;
me tiraste un hachazo... me atajé.
En fin, eso pasó. ¿Qué? ¿Estás llorando?
Mirá, si te hace daño mi pasado...
después de darle un beso a la finada
yo me voy, si vos querés, pa' mí es igual.

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Pa' que bailen los muchachos
Música: Aníbal Troilo
Letra: Enrique Cadícamo
Pa' que bailen los muchachos
via' tocarte, bandoneón.
¡La vida es una milonga!
Bailen todos, compañeros,
porque el baile es un abrazo:
Bailen todos, compañeros,
que este tango lleva el paso.
Entre el lento ir y venir
del tango va
la frase dulce.
Y ella baila en otros brazos,
prendida, rendida,
por otro amor.

No te quejes, bandoneón,
Que me duele el corazón.
Quien por celos va sufriendo
su cariño va diciendo.

No te quejes, bandoneón,
que esta noche toco yo.
Pa' que bailen los muchachos
hoy te toco, bandoneón.
¡La vida es una milonga!

Ella fue como una madre,
ella fue mi gran cariño...
nos abrimos y no sabe
que hoy la lloro como un niño...
Quién la va a saber querer
con tanto amor,
como la quise.
Pobre amiga, pobre piba,
¡qué ganas más locas
de irte a buscar!

Pa' que bailen los muchachos
via' tocarte, bandoneón.
¡La vida es una milonga!

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Pa' que sepan como soy
Música: Emilio González
Letra: Norberto Aroldi
Abran cancha... y no se atoren que hay pa' todos y tupido,
tome nota la gilada que hoy da cátedra un varón,
y aunque nunca doy consejos, porque no soy engrupido,
quiero batir mi prontuario... pa' que sepan cómo soy.

No me gusta ser ortiva, ni nací pa' lengua larga,
y aunque me apure la yuta sé callar en la ocasión,
no le doy bola a los grasas que me miran y se amargan,
conservando la distancia sé engrupir con distinción.
En la timba soy ligero, yo nací pa'l escolaso,
no se afane la muñeca cuando sobra calidad,
yo conozco muchos vivos que cayeron en el lazo,
el que liga y se embalurda se deschava sin pensar.

Pa' las pilchas soy de clase
siempre cuido mi figura,
para conquistar ternuras
hay que fingir posición.
Yo conozco bien el fato
para mí el chamuyo es juego
lo bato sencilio y reo
pa' que sepan cómo soy.

Sé muy bien que entre los buscas hay algunos que me chivan,
y me quieren dar la cana por envidia o por rencor,
pero para mí no hay contra, los dejo tragar saliva,
son borrados que no corren, son bagayos de ocasión.
Con guita, cualquiera es vivo, son anzuelos los canarios.
La cuestión es ser un seco y que te llamen señor;
yo la voy de bacanazo, mas si junan mi prontuario
sabrán que soy sin más vueltas... ¡un porteño flor y flor!

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Pa'lo que ta va a durar
Música: Guillermo Barbieri
Letra: Celedonio Flores
Estás cachuzo a besos,
te han descolao a abrazos
Se te ha arrugado la cara
de tanto sonreír
Si habrás ensuciao puños
en mesas de escolaso,
si habrás gastao alfombras,
muchacho bailarín.

Cómo tembló Palermo
cuando sacando vales
pelaste la de cuero
repleta de tovén.
Cómo tembló Griselda
aquellos carnavales
que marcó ciento veinte
tu regia voiturette.

Pa'lo que te va a durar
tanta alegría y placer
Lo que vas a cosechar
cuando entrés a recoger.
Cuando te des cuenta exacta
de que te has gastao la vida
en aprontes y partidas,
muchacho te quiero ver

Vos sos el que no pide,
vos sos el que no ruega
vos sos a quien ninguna
mujer lo despreció
Vos sos el que no tiene
temores cuando juega,
vos cobrás por derecha
habiendo banca o no.

Y por gaucho y derecho
vas dejando a pedazos
En esta caravana
tu noble corazón
En esta caravana
de envidias y fracasos
Con que adornás tu vida
de criollo y de varón
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Paciencia
Música: Juan D'Arienzo
Letra: Francisco Gorrindo
Anoche, de nuevo te vieron mis ojos;
anoche, de nuevo te tuve a mi lao.
¡Pa qué te habré visto si, después de todo,
fuimos dos extraños mirando el pasao!
Ni vos sos la misma, ni yo soy el mismo.. .
¡Los años! ... ¡La vida!... ¡Quién sabe lo qué!...
De una vez por todas mejor la franqueza:
yo y vos no podemos volver al ayer.

Paciencia...
La vida es así.
Quisimos juntarnos por puro egoísmo
y el mismo egoísmo nos muestra distintos.
¿Para qué fingir?
Paciencia...
La vida es así.
Ninguno es culpable, si es que hay una culpa.
Por eso, la mano que te di en silencio
no tembló al partir.

Haremos de cuenta que todo fue un sueño,
que fue una mentira habernos buscao;
así, buenamente, nos queda el consuelo
de seguir creyendo que no hemos cambiao.
Yo tengo un retrato de aquellos veinte años
cuando eras del barrio el sol familiar.
Quiero verte siempre linda como entonces:
lo que pasó anoche fue un sueño no más.

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Padre nuestro
Música: Enrique Delfino
Letra: Alberto Vaccarezza
Padre nuestro, que estás en los cielos...
que todo lo sabes, que todo lo ves...
¿Por qué me abandonas en esta agonía?,
¿por qué no te acuerdas de hacerlo volver?
Se me fue una mañana temprano
me dijo hasta luego y un beso me dio,
mas vino la noche... pasaron los días,
los meses pasaron y nunca volvió.
¡ Padre nuestro !...
Qué amargura sentí ayer
cuando tuve la noticia
que tenía otra mujer...
¡Padre nuestro!...
Si un pecado es el amor,
para qué me has encendido
para qué me has encendido
de este modo el corazón.

Pero yo le perdono su falta,
ni un solo reproche si vuelve le haré;
lo mismo lo quiero, con todas mis fuerzas,
con toda mi alma, yo soy toda de él.
Padre nuestro, que estás en los cielos...
que todo lo puedes, que todo lo ves;
¿Por qué me abandonas en esta agonía?
¿Por qué no te acuerdas de hacerlo volver?

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Padrino pelao
Música: Enrique Delfino
Letra: Julio Cantuarias
¡Saraca, muchachos, dequera un casorio!
¡Uy Dio, qué de minas, 'ta todo alfombrao!
Y aquellos pebetes, gorriones de barrio,
acuden gritando: ¡Padrino pelao!

El barrio alborotan con su algarabía;
allí, en la vereda, se ve entre el montón,
el rostro marchito de alguna pebeta
que ya para siempre perdió su ilusión.

Y así, por lo bajo,
las viejas del barrio
comentan la cosa
con admiración:

"¿Ha visto, señora,
qué poca vergüenza?
¡Vestirse de blanco
después que pecó!"

Y un tano cabrero
rezonga en la puerta
porque a un cajetiya
manyó el estofao:

"Aquí, en esta casa,
osté no me entra.
Me son dado coenta
que osté es un colao."

¡Saraca, muchachos, gritemos más fuerte!
¡Uy Dio, qué amarrete! Ni un cobre ha tirao...
¡Qué bronca, muchachos! Se hizo el otario.
¡Gritemos, Pulguita! ¡Padrino pelao!

Y aquella pebeta que está en la vereda
contempla con pena a la novia al pasar.
Se llena de angustia su alma marchita
pensando que nunca tendrá el blanco ajuar.

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Palais de Glace
Música: Enrique Cadícamo
Letra: Enrique Cadícamo
Palé de Glas
del 920,
no existes más
con tu cordial ambiente...
Allí bailé
mis tangos de estudiante,
alli soñé con los muchachos de antes.

¡Noches del Palé de Glas!
Ilusion de llevar el compás.
Tu recuerdo es emoción
y al mirar que ya no estás
se me encoge el corazón...

Llega un tango viejo al evocar
desde el ayer...

(Recitado)
¿Qué fue de aquella rueda de amigos?
¿Dónde están?
¿Qué se hizo de mi romántico amor...
Palé de Glas?

Música que llega desde allá
y nos hace lagrimear.

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Palermo
Música: Enrique Delfino
Letra: Juan Villalba / Hermido Braga
¡Maldito seas, Palermo!
Me tenés seco y enfermo,
mal vestido y sin morfar,
porque el vento los domingos
me patino con los pingos
en el Hache Nacional.
Pa' buscar al que no pierde
me atraganto con la Verde
y me estudio el pedigré
y a pesar de la cartilla
largo yo en la ventanilla
todo el laburo del mes.

Berretines que tengo con los pingos,
metejones de todos los domingos...
Por tu culpa me encuentro bien fané...
¡Qué le voy hacer, así debe ser!
Ilusiones del viejo y de la vieja
van quedando deshechas en la arena
por las patas de un tungo roncador...
¡Qué le voy hacer si soy jugador!

Palermo, cuna del orre,
por tu culpa ando sin cobre,
sin honor ni dignidad;
soy manguero y caradura,
paso siempre mishiadura
por tu raza caballar.
Me arrastra más la perrera,
más me tira una carrera
que una hermosa mujer.
Como una boca pintada
me engrupe la colorada
cual si fuera su mishé.

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Palomita blanca
Música: Anselmo Aieta
Letra: Francisco García Jiménez
(vals)
Su ausencia esta congoja me dio,
y a veces su recuerdo es un bien
que pronto se me ahoga en dolor...
Y nada me consuela
de ir siempre más lejos
de verme sin ella.
Mi paso va adelante
y atrás el corazón.
El rumbo que me aleja tan cruel,
me roba sus caricias de amor,
y sólo el pensamiento la ve,
la escucha embelesado,
la besa con ansias,
la siente a mi lado.
Y voy, así soñando,
más lejos cada vez...

Blanca palomita que pasás volando
rumbo a la casita donde está mi amor,
palomita blanca, para el triste ausente
sos como una carta de recordación...
Si la ves a la que adoro,
sin decir que lloro, dale alguna idea
de lo muy amargo que es vivir sin ella,
que es perder su amante calor...
Sigan adelante, pingos de mi tropa,
que de un viento errante somos nubarrón
y en un mal de ausencia se nos va la vida
siempre a la querencia dándole el adiós...
¡Palomita blanca!
vuela noche y día de mi nido en busca
y escribí en el cielo con sereno vuelo:
"No te olvida nunca, sólo piensa en vos".

No sabe aquel que nunca dejó
su amada a la distancia, el pesar
que al alma impone un duro rigor,
que viene de ladero,
que a ratos la nombra
midiendo el sendero,
mirando allá en la sombra
los pagos que dejó...
La he visto entre mis brazos llorar
la he visto al darme vuelta al partir
su tibio pañuelo agitar,
y luego irse achicando
su imagen lejana...
y en mi alma agrandado
su encanto... y esta pena
de no tenerla más...

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Pampero
Música: Osvaldo Fresedo
Letra: Edmundo Bianchi
Soplo de nuestro espíritu indomable,
viento bagual, aliento de salud,
alma de nuestra tierra inigualable,
¡respiración de América del Sud!

Grito de la llanura que reclama
su fiera y orgullosa soledad,
sos viento de una estirpe que proclama
la altivez de su ruda libertad.

¡Pampero!
¡Viento macho y altanero
que le enseñaste al gaucho
golpeándole en la cara
a levantartse el ala del sombrero!

¡Pampero!
¡Viento indómito y mañero,
de ti aprendió la raza
a corcovear furiosa
cuando quiso montarla un extranjero!

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Pan
Música: Eduardo Pereyra
Letra: Celedonio Flores
El sabe que tiene para largo rato,
la sentencia en fija lo va a hacer sonar,
así -entre cabrero, sumiso y amargo-
la luz de la aurora lo va a saludar.

Quisiera que alguno pudiera escucharlo
en esa elocuencia que las penas dan,
y ver si es humano querer condenarlo
por haber robado... ¡un cacho de pan!...

Sus pibes no lloran por llorar,
ni piden masitas,
ni chiches, ni dulces... ¡Señor!...
Sus pibes se mueren de frío
y lloran, habrientos de pan...
La abuela se queja de dolor,
doliente reproche que ofende a su hombría.
También su mujer,
escuálida y flaca,
con una mirada
toda la tragedia le ha dado a entender.

¿Trabajar?... ¿En dónde?... Extender la mano
pididendo al que pasa limosna, ¿por qué?
Recibir la afrenta de un ¡perdone, hermano!
Él, que es fuerte y tiene valor y altivez.

Se durmieron todos, cachó la barreta,
se puso la gorra resuelto a robar...
¡Un vidrio, unos gritos! ¡Auxilio!... ¡Carreras!...
Un hombre que llora y un cacho de pan...

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Papá Baltasar
Música: Sebastián Piana
Letra: Homero Manzi
(milonga)
Dormite mi niño Pedro
que está por llegar,
envuelto de nube y cielo,
Papá Baltasar.
Llenita su alforja blanca
con cien matracas,
con un tambor
y un trompo de cuerda larga
y un tren de carga
y un carretón.
Dormite mi niño Pedro
que está por llegar,
al tranco de su camello
Papá Baltasar.

Un ángel nació en Oriente,
el pelo color de té,
lo acompañan dos palomas
y un burrito de Belén.
Tres Reyes buscan su cuna
detrás de una estrella azul.
La madre, madre Maria,
y el niño, Niño Jesús.
De mi niño, niño Pedro,
no te vayas a olvidar.
Que mi niño es el más negro
y el más pobre, Baltasar.

Mi Pedro escribió una carta,
Papá Baltasar.
Y un ángel con alas blancas
la pudo llevar.
Mi niño ya está soñando
con la matraca,
con el tambor.
Y el trompo de cuerda larga
y el tren de carga
y el carretón.
Dormite mi niño Pedro
que está por llegar,
envuelto de nube y cielo,
Papá Baltasar.

Él quiere un soldado nuevo
y una espada y un fusil,
y para subir al cielo
un globito de candil.
Él quiere un payaso blanco,
también un ferrocarril.
Y un oso de pelo largo
y un gatito de aserrín.
De mi niño, niño Pedro,
no te vayas a olvidar.
Que mi niño es el más negro
y el más pobre, Baltasar.

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Para quererte nací
Música: C.Gardel
Letra: J.Razzano
(estilo)
Sos la tibia resolana,
sos la tibia resolana
que calienta mi existir,
la que no me hace sentir
el frio de la mañana,
sos grueso poncho de lana
que cobija mi osamenta,
contra la ruda tormenta
de mi vida borrascosa,
la que en noche tenebrosa
la paz de mi alma sustenta.

Quisiera desparramar,
quisiera desparramar
florcitas en tu camino,
para que tu pie divino
no se fuese a lastimar;
yo me quisiera explicar
pero a explicarme no acierto,
de que sos el cielo abierto
donde quisiera subir,
para quedarme a vivir
como paria en el desierto,

Yo pa' quererte nací,
yo pa' quererte he nacido,
paloma del alma mia;
soy matrero y quién diría
que vos sola me has vencido;
un algo desconocido
siento que mi amor provoca,
y con una fuerza loca
siento que se va mi alma,
y sólo encuentro la calma
cuando te beso en la boca.

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Paseo de Julio
Música: Emilio Fresedo
Letra: Emilio Fresedo
Paseo de Julio, tu vieja recova
recuerda otras horas que no olvidé.
Sembraron ropas en tu vereda
y en tus agencias pusieron miel.
Paseo de Julio, saludo primero
de los forasteros que alegres van.
Rudos sus cuerpos, como el acero,
buscando tierras que trabajar.

Y en esos cafétines,
guardados entre sombras,
soñaba un buen muchacho
que quiso de verdad.
Y al son de los violines
rimaba allí sus coplas,
bebiendo en cada rato
los sorbos de su mal.

Recuerdo que una noche,
muy pálido decía:
No sé qué hay en mi pecho,
me falla el corazón.
Y aquella misma noche,
la novia que tenía,
de un trazo había deshecho
su dicha, su ilusión.

Paseo de Julio, tu vieja recova
recuerda otras horas que no olvidé.
Sembraron ropas en tu vereda
y en tus agencias pusieron miel.
Paseo de Julio, saludo primero
de los forasteros que alegres van.
Rudos sus cuerpos, como el acero,
buscando tierras que trabajar.

Tus arcos como un puente
que pesan por sus años,
tus luces de colores,
tiraron mi ansiedad.
Y así al pasar enfrente
de aquél café el muchacho
se me cruzaba entonces
y quise preguntar.

Yo vi en la misma mesa
que aquél siempre ocupaba
un marinero amigo,
que fijo me miró.
Y cuando la cerveza
sus labios ya mojaba
me dijo: Fui testigo,
murió el pobre de amor.

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Pasional
Música: Jorge Caldara
Letra: Mario Soto
No sabrás... nunca sabrás
lo que es morir mil veces de ansiedad.
No podrás... nunca entender
lo que es amar y enloquecer.
Tus labios que queman... tus besos que embriagan
y que torturan mi razón.
Sed... que me hace arder
y que me enciende el pecho de pasión.

Estás clavada en mí... te siento en el latir
abrasador de mis sienes.
Te adoro cuando estás... y te amo mucho más
cuando estás lejos de mí.

Así te quiero dulce vida de mi vida.
Así te siento... solo mía... siempre mía.

Tengo miedo de perderte...
de pensar que no he de verte.
¿Por qué esa duda brutal?
¿Por qué me habré de sangrar
si en cada beso te siento desmayar?
Sin embargo me atormento
porque en la sangre te llevo.
Y en cada instante... febril y amante
quiero tus labios besar.

¿Qué tendrás en tu mirar
que cuando a mí tus ojos levantás
siento arder en mi interior
una voraz llama de amor?
Tus manos desatan... caricias que me atan
a tus encantos de mujer.
Sé que nunca más
podré arrancar del pecho este querer.

Te quiero siempre así... estás clavada en mí
como una daga en la carne.
Y ardiente y pasional... temblando de ansiedad
quiero en tus brazos morir.

arriba
Pastora
Música: Alfredo De Angelis
Letra: José Rótulo
Viene serpenteando la quebrada
la pastora, su majada
y su tarara, ra, ra, ra, rá...
Rubia del color de los trigales
y rumor de manantiales
su ta, ra, ra, ra, ra, ra, ra, rá...
Canta como cantan
los que sueñan en la vida,
ríe como ríen
los que tienen alegrías.
Nadie le conoce alguna queja,
sólo va con sus ovejas
y su tarara, ra, ra, rá....

Quién fue que robó tu voz,
que ya no se escucha más,
solita se ve pastar
aquella nube de ovejitas montaraz.

Cuentan que ya nunca más,
se la verá por el lugar.
Se ha caído al pedregal
de donde ya no volverá
porque una estrella la llevó
donde se va sin regresar.
Se fue sin volver jamás
y ha dejado como un rezo
su ta, ra, ra, ra, ra, rá...

Dicen los arrieros que regresan,
que al pasar por la quebrada
se oye un ta, ra, ra, ra, ra, rá...
Cuentan que es la voz de pastora,
que su canto se hace llanto
con el ta, ra, ra, ra, ra, rá...

Caminito va de la quebrada
la majada...
Sin tener quién guíe
su camino y su destino
cuando se hace noche en la montaña
se oye suave la tonada
de quien nunca volverá.

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Patadura
Música: José López Ares
Letra: Enrique Carrera Sotelo
Piantáte de la cancha, dejále el puesto a otro
de puro patadura estás siempre en orsay;
jamás cachás pelota, la vas de figurita
y no servís siquiera para patear un hands.
Querés jugar de forward y ser como Seoane
y hacer como Tarasca de media cancha gol.
Burlar a la defensa con pases y gambetas
y ser como Ochoíta el crack de la afición.

Chingás a la pelota,
chingás en el cariño,
el corazón de Monti
te falta, che, chambón.
Pateando a la ventura
no se consiguen goles.
Con juego y picardías
se altera el marcador.

Piantáte de la cancha que hacés mala figura
con fouls y brusquedades te pueden lastimar
te falta tecnicismo, colgá los piparulos
de linesman hay puesto, si es que querés jugar...
El juego no es pa' otarios, tenélo por consejo
hay que saber cortarse y ser buen shoteador...
En el arco que cuida la dama de tus sueños
mi shot de enamorado acaba de hacer gol.

Sacáte los infundios,
vos no tenés más chance.
Ya ni tocás pelota,
la vas de puro aubol,
te pasa así en el campo
de amor, donde jugamos:
mientras corrés la liebre
te gano un corazón.

arriba
Patio mío
Música: Aníbal Troilo
Letra: Cátulo Castillo
Está mirando el cielo desolado
tu historia de ladrillos y portón,
el corazón sencillo, lastimado,
con un perfil de tango y corralón...
Tal vez con tu dolor arrinconado
te vio en la calle vieja el paredón
y estás en esa esquina del pasado
al lado de la ochava y del buzón.

Patio mío...
donde mama me cebaba
y el tano recio trenzaba
cada noche un desafío...
Patio mío,
de la ropita colgada,
de la barra que silbaba
y el zabalaje bravío.
Patio mío...
borracho de caña fuerte
yo sé que un día te irás...
Pero venciendo a la suerte
te iré a buscar a la muerte
para no dejarte más...

Te añoran los compadres, faja y lengue.
Te llora el payador sentimental...
Tanguea entre las sombras su canyengue
la pálida pollera de percal...
Malevo que en la esquina malherido
desangra entre ladrillos un malvón.
Para salvarte, patio, del olvido
te reza su responso un bandoneón.

arriba
Pato
Música: Ramón Collazo
Letra: Ramón Collazo
Ayer te vi pasar con aires de bacán
en una "voituret" copera.
Te saludé y vos te hiciste el gil
como si no me conocieras;
llevabas en tu cara blanca de fifí
más polvos que una carretera.
Fue tal la bronca que yo me agarré
Que quise gritarte así:

Pato,
fuiste en todo momento.
Pato,
aunque quieras despistar.
Seco,
hoy tenés apartamento
y te pasan mucho vento
pa' lucirte en el Pigall.
Pato,
que peinás a la gomina,
hoy sos
milonguero y compadrón.
Cuando
te dé el espiante la mina
volverás por nuestra esquina
a mangar para el bullón.

De lo que fuiste ayer ya nada te quedó
muchacho rante de mi barrio,
y quién te vio como te he visto yo
nota que sos un pobre otario.
Recuerda que la vida de cualquier bacán
tiene más vueltas que la oreja,
y si un día la suerte no da,
al suburbio volverás.

arriba
Patotero sentimental
Música: Manuel Jovés
Letra: Manuel Romero
Patotero,
rey del bailongo,
patotero,
sentimental.
Escondés bajo tu risa
muchas ganas de llorar.
Ya los años
se van pasando
y en mi pecho
no entró un querer.
En mi vida tuve minas, muchas minas
pero nunca una mujer...

Cuando tomo dos copas de más,
en mi pecho comienza a surgir
el recuerdo de aquella fiel mujer
que me quiso de verdad,
y yo, ingrato, abandoné.
De su amor me burlé sin mirar
que pudiera sentirlo después,
sin saber
que los años al correr
iban, crueles, a amargar
a este rey del cabaret.

¡Pobrecita!
¡Cómo lloraba
cuando ciego
la eché a rodar...!
La patota me miraba
y... ¡no es de hombre el aflojar!

Patotero
rey del bailongo,
de ella siempre
te acordarás.
Hoy ríes... pero tu risa
¡sólo es ganas de llorar!

arriba
Pedacito de cielo
Música: Enrique Francini
Letra: Homero Expósito
(vals)
La casa tenía una reja
pintada con quejas
y cantos de amor.
La noche llenaba de ojeras
la reja, la hiedra
y el viejo balcón...
Recuerdo que entonces reías
si yo te leía
mi verso mejor
y ahora, capricho del tiempo,
leyendo esos versos
¡lloramos los dos!

Los años de la infancia
pasaron, pasaron...
La reja está dormida de tanto silencio
y en aquel pedacito de cielo
se quedó tu alegría y mi amor.
Los años han pasado
terribles, malvados,
dejando esa esperanza que no ha de llegar
y recuerdo tu gesto travieso
después de aquel beso
robado al azar...

Tal vez se enfrió con la brisa
tu cálida risa,
tu límpida voz...
Tal vez escapó a tus ojeras
la reja, la hiedra
y el viejo balcón...
Tus ojos de azúcar quemada
tenían distancias
doradas al sol...
¡Y hoy quieres hallar como entonces
la reja de bronce
temblando de amor!...

arriba
Pena mulata
Música: Sebastián Piana
Letra: Homero Manzi
(milonga)
Pena mulata
que se desata
bajo la bata
de broderí.

Dolor de milonga
que apenas prolonga
con queja tristonga
la noche de abril.

Como un espejo
Bruñido y viejo
brilla el pellejo
del bailarín.

Clavel escarlata
que el ansia delata
temblando en la bata
su mancha carmín.

Tu madre murió de amores
en el Barrio del Tambor.
Le abrió caminos de ausencia
el puñal de un cuarteador.

Tu padre murió a la sombra
por vengar esa traición.
Mulata, nació tu estrella
en un cielo de crespón.

Luz de locura
brilla en la oscura
mirada dura
del bailarín.

Alcohol de añoranza
que al son de la danza
calienta venganzas
debajo la crin.

Pobre morena,
brotó en tus venas
una serena
flor carmesí.

Rencor en acecho,
pincel del despecho
pintando en tu pecho
la mancha carmín.

Tu madre murió de amores,
alma blanca y piel carbón.
Mulata, fueron sus labios
el rencor de un cuarteador.
Tu padre murió a la sombra
por vengar esa traición.
Mulata, nació tu estrella
en un cielo de crespón.

Pena mulata
que se desata
bajo la bata
de broderí.

Dolor de milonga
que apenas prolonga
con queja tristonga
la noche de abril.

arriba
Pequeña
Música: Osmar Maderna
Letra: Homero Expósito
(vals)
Donde el río se queda y la luna se va
donde nadie ha llegado ni puede llegar,
donde juegan conmigo los versos en flor
tengo un nido de plumas y un canto de amor.
Tú, que tienes los ojos mojados de luz
y empapadas las manos de tanta inquietud,
con las alas de tu fantasía
me has vuelto a los días
de mi juventud...

Pequeña
te digo pequeña
te llamo pequeña
con toda mi voz.
Mi sueño
que tanto te sueña
te espera, pequeña,
con esta canción.
La luna,
¡qué sabe la luna
la dulce fortuna
de amar como yo!
Mi sueño
que tanto te sueña
te espera, pequeña
de mi corazón.

Hace mucho que espero, y hará mucho más,
porque tanto te quiero que habrás de llegar,
no es posible que tenga la luna y la flor
y no tenga conmigo tus besos de amor.
Donde el río se queda y la luna se va
donde nadie ha llegado ni puede llegar
con las alas de tu fantasía
serás la alegría de mi soledad.

arriba
Percal
Música: Domingo Federico
Letra: Homero Expósito
Percal...
¿Te acuerdas del percal?
Tenias quince abriles,
anhelos de sufrir y amar,
de ir al centro, triunfar
y olvidar el percal.
Percal...
Camino del percal,
te fuiste de tu casa...
Tal vez nos enteramos mal.
Solo se que al final
te olvidaste el percal.

La juventud se fue...
Tu casa ya no está...
Y en el ayer tirados
se han quedado
acobardados
tu percal y mi pasado.
La juventud se fue...
Yo ya no espero más...
Mejor dejar perdidos
los anhelos que no han sido
y el vestido de percal.

Llorar...
¿Por qué vas a llorar?...
¿Acaso no has vivido,
acaso no aprendiste a amar,
a sufrir, a esperar,
y también a callar?
Percal...
Son cosas del percal...
Saber que estás sufriendo
saber que sufrirás aún más
y saber que al final
no olvidaste el percal.
Percal...
Tristezas del percal.

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Pero yo sé
Música: Azucena Maizani
Letra: Azucena Maizani
Llegando la noche
recién te levantas
y sales ufano
a buscar un beguén.
Lucís con orgullo
tu estampa elegante
sentado muy muelle
en tu regia baqué.
Paseás por Corrientes,
paseas por Florida,
te das una vida
mejor que un pachá.
De regios programas
tenés a montones...
Con clase y dinero
de todo tendrás.

Pero yo sé que metido
vivís penando un querer,
que querés hallar olvido
cambiando tanta mujer...
Yo sé que en las madrugadas,
cuando las farras dejás,
sentís tu pecho oprimido
por un recuerdo querido
y te pones a llorar.

Con tanta aventura,
con toda tu andanza,
llevaste tu vida
tan sólo al placer.
Con todo el dinero
que siempre has tenido
todos tus caprichos
lograste vencer.

Pensar que ese brillo
que fácil ostentas
no sabe la gente
que es puro disfraz.
Tu orgullo de necio
muy bien los engaña...
No quieres que nadie
lo sepa jamás.

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