Letras de tango
No aflojés
Música: Pedro Maffia / Sebastián Piana
Letra: Mario Battistella
Vos, que fuiste de todos el más púa,
batí con qué ganzúa
piantaron tus hazañas...
Por tu ausencia en las borracherías
cambió la estantería
el gusto de las cañas...
Compadrito de aquellos tiempos,
soy el tango hecho lamento,
corro parejo con tu pintón,
¡sufro tu misma emoción!

Vos fuiste el rey del bailongo
en lo de Laura y la Vasca...
¡Había que ver las churrascas
cómo soñaban tras tuyo!
¡Alzaba cada murmullo
tu taconear compadrón
que era como flor de yuyo
que embrujaba el corazón!

Maula el tiempo te basureó de asalto
al revocar de asfalto
las calles de tu barrio...
No es que quiera tomarlo tan a pecho
¡pero es que no hay derecho
que hoy talle tanto otario!
Macho lindo de aquel pasado,
te saludo desconsolado,
porque en tu reino sentimental
vuelco la esquina final.

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No hables mal de las mujeres
Música: Alberto Margal
Letra: Antonio Nápoli
No hables mal de las mujeres, que hasta tiembla Dios que escucha,
porque él sabe que tú caes en fatal murmuración;
no hables mal de las mujeres que sin ellas en la lucha
de la vida flaquearía sin cesar el corazón;
no hables mal de las mujeres que retemplan nuestros pechos
con caricias y ternuras y con magia celestial
y la vida nos adornan cual finísimos helechos;
no hables mal de las mujeres que no saben hacer mal.

No hables mal de las mujeres que su savia nos brindaron
y nos dieron de sus ansias lo más puro y lo sin par,
y por darnos la vida con la muerte se enfrentaron,
con la muerte que a sus almas ni siquiera hizo temblar.
No hables mal de las mujeres aunque el odio te taladre,
aunque rabies de despecho y te muerdas de rencor,
que una de ellas te dio vida y una de ellas fue tu madre
y una de ellas te hizo un hombre con trabajo y con amor.

Ellas aman porque saben que en amar está la vida,
ellas aman porque cumplen su misión de humanidad,
porque sueñan, porque sienten su alma noble enternecida;
pero sueñan, sienten y aman con suprema idealdad.
Son confiadas, pero el hombre las arranca de su plinto,
y en lugar de ser su guía, su guardián y su instructor,
les promete el sol eterno de un amor que nace extinto
porque es sólo simulacro de galán conquistador.

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No hay tierra como la mía
Música: Charlo
Letra: Enrique Cadícamo
(milonga)
No hay tierra como la mía
y ésta milonga les canto,
y ésta milonga les canto,
y si alguien me desafía,
le juego dándole tantos.

Soy un criollo de avería
que el mundo fui recorriendo,
que el mundo fui recorriendo,
y al final vine diciendo
¡no hay tierra como la mía!

Yo he zapateao por el mapa
y ésta milonga les canto,
y ésta milonga les canto,
pero, muchachos, la papa
está aquí: les paso el santo.

He visto rubias sedeñas
y morenas tentadoras,
y morenas tentadoras,
pero como las porteñas
no he visto tan seductoras.

He andado siempre sonriente
entre malos y entre buenos,
entre malos y entre buenos;
debe ser manso y prudente
quien anda en pagos ajenos.

Y pa' terminar les digo
que esta milonga se acaba;
que se acaba, les decía.
Muchachos griten conmigo
¡no hay tierra como la mía!

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No le digas que la quiero
Música: Enrique Delfino
Letra: Alberto Vaccarezza
Suena, tango quejumbroso, compadrón y callejero,
como suena en la tristeza mi abatido corazón.
Y si ves a mi querida no le digas que la quiero,
porque ya me da vergüenza de pensar en su traición.
Suena, tango, y si con otra ves que bailo a tu sonido,
no le digas que me oíste tu rezongo acompañar.
Yo no quiero que ella sepa las angustias que he sufrido,
y que desde aquella tarde no hago más que sollozar.

¡Tango!...
Melancólico testigo
y el único amigo
de mi soledad.
¡Tango!...
En las vueltas del destino
quizá en mi camino
la vuelva a encontrar.

Pero entonces, sin rencores ni deseos de venganza,
mi perdón le dará abrigo y el lamento musical
de este tango hecho jirones, de dolor y de esperanza,
será el grito que la acuse de haberme hecho tanto mal.
Suena, tango quejumbroso, compadrón y callejero,
como suena en la tristeza mi abatido corazón.
Y si ves a mi querida, no le digas que la quiero,
porque ya me da vergüenza de pensar en su traición.

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No me escribas
Música: Agustín Bardi
Letra: Juan Andrés Caruso
No me escribas, yo prefiero no tener noticias tuyas.
Tengo miedo, mucho miedo que tus cartas me hagan mal;
que me digan algún día que de mí te has olvidado
y tus besos y caricias pertenecen a un rival.
No sabés lo que he sufrido desde el día que te fuiste
cuando vi que ya no estabas y que solo me encontré.
Tuve rabia, tuve pena, no sé lo que hubiera hecho
y esa noche, de tristeza y dolor me emborraché.

Desde entonces he intentado deshacerme 'e tu recuerdo,
arrancarte de mi pecho, matar este metejón,
pero inútil, porque cuanto hacía más para olvidarte
como grampa te clavabas en mi pobre corazón.
He llenado las paredes del bulín con tus retratos,
y tus cartas, las primeras, las que me sabías mandar
otros tiempos, las conservo, porque en ellas me decías
que jamás de mi cariño vos te irías a olvidar.

No me escribas, yo prefiero no tener noticias tuyas,
tengo miedo, mucho miedo que tus cartas me hagan mal,
que me digan algún día que de mí te has olvidado
y tus besos y caricias pertenecen a un rival.
Ayer tarde, en el momento que más triste me encontraba
añorando tus recuerdos una carta recibí:
cuando vi que era tu letra tuve miedo de leerla
y temblando, sin haber abierto el sobre, la rompí.

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No me esperes esta noche
Música: Tito Depérgola
Letra: Sara Rainer
Alma mía, sólo falta media hora
y sonriente bajarás del largo tren,
tus miradas rondarán ansiosamente
por la gente que pasea en el andén,
y en mi cuarto con tu carta entre mis manos
y dos lágrimas que marcan el reloj,
el momento de la hora que se acerca
no lo puede soportar mi corazón.

No me esperes esta noche...
no me esperes corazón.
Como quisiera abrazarte,
como quisiera besarte
y entregarte el corazón.
No me esperes esta noche,
mi fracaso puede más.
A mi lado está el infierno,
soy tristeza, soy invierno,
no me esperes nunca más.

(Recitado)
Alma mía, sólo falta media hora
y sonriente bajarás del largo tren,
el momento de la hora que se acerca
no lo puede soportar mi corazón.
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No me hablen de ella
Música: Jorge Moreira.
Letra: Jorge Moreira.
No gasten palabras ni pierdan el tiempo
hablándome de ella porque ella es mi amor.
Qué importa si viene de un triste pasado,
yo también regreso de un mundo de horror.
Soy hombre y me pongo en juez y culpable,
mil bocas mintieron porque yo mentí,
no puedo juzgarla porque yo he rodado
y sé lo que cuesta con honra vivir.

No me hablen de ella...
si vivo en sus besos un mundo mejor,
las cuatro paredes que encierran mis horas
son en su ternura un nido de amor.
No me hablen de ella...
porque es un pedazo de mi corazón,
la quiero y si un día precisa mi sangre,
mi sangre y mi vida por ella la doy.

No me digan nada, no manchen su nombre,
mañana es la vida, ayer se paso.
Si errar es humano, nos dijo el poeta,
perdonar es divino y esa es mi razón.
Ella es el puñado, mi credo y mi fe.
Por ella yo errante gorrión callejero
al besar su boca la jaula busqué.

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No me pregunten por qué
Música: Carlos Di Sarli
Letra: Reynaldo Pignataro
¡Muchachos!...
Si cualquiera de estas noches
me ven llegar al café,
tambalenado medio "colo"
babeando y hablando solo,
¡no me pregunten por qué!

Borracho...
Con la melena revuelta,
la corbata floja y suelta
y con rencor al mirar,
no me pregunten, muchachos,
por qué he venido borracho
y de mi tengan piedad.

En la luz de unos ojos divinos
se embriagaba mi alma y mi fe
y en la copa de miel sus labios
hasta ayer de pasión me embriagué.
Hoy que vivo de nuevo en tinieblas
añorando la luz de su amor
necesito hundir mi existencia
y es por eso que busco el alcohol.

¡Muchachos!...
Si cualquiera de estas noches
me ven llegar al café
tambaleando medio "colo"
babeando y hablando solo
¡no me pregunten por qué!

Borracho...
Refugiado en el alivio
del brebaje dulce y tibio
que nos prodiga el licor.
tal vez me olvide de aquella
que hasta ayer fuera mi estrella
y hoy me mata de dolor.

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No nos veremos más
Música: Luis Stazo
Letra: Federico Silva
De pronto ya todo quedó sin paisaje,
la nube que vuela, el tiempo de amar.
Y supimos tarde cual es el mensaje
para dos que tarde quisieron soñar.
Tu luz de verano me soñó en otoño
y yo te agradezco la felicidad.
No puedo engañarte, mi adiós es sincero,
tu estás en Enero, mi Abril ya se va.

¡Adiós!
Es la manera de decir ya nunca.
¡Adiós!
Es la palabra que quedó temblando.
¡Ay!,
en el corazón de la partida.
¡Adiós!,
Espina fina de la despedida.
¡Adiós, amor!
¡No nos veremos más!

Los sueños perdidos me duelen ahora
cuando ya no es hora de querer soñar.
Y un niño que llora, soy yo mismo entonces,
buscando el juguete que no ha de encontrar.
Tu azúcar amarga se me entró en las venas,
me encendió la sangre hasta el corazón.
Pero no te engaño, mi adiós es sincero,
tu estás en Enero, mi Abril ya pasó.

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No nos veremos nunca
Música: Juan D'Arienzo
Letra: Carlos Waiss
Relámpago de luz,
forjé en mi vida gris
tan pronto te perdí, ¿por qué?
Cansado de rodar y rodar
tu camino seguí sin poderte encontrar.
Mis pobres ojos ciegos van buscando,
van llorando entre las sombras
que te nombran y te nombran.
Relámpago de luz
y luego nada más,
que el peso de mi enorme cruz.

Hay un ansia que en mi pecho
me dice con angustia,
es la frase que martilla:
"No nos veremos nunca".
Es el saber que en mi suerte
un silencio que es la muerte
me contesta del ayer.
Es el eco que en la noche
repite en la penumbra,
con acento de reproche:
"No nos veremos nunca".
Es el pasado miedoso
que al volver
me va diciendo: "¡Se fue!"

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No quiero verte llorar
Música: Agustín Magaldi
Letra: Rodolfo Sciammarella
Antes era yo el que torturaba tu existencia
con mis celos y no te dejaba en paz.
Yo escuchaba tus protestas
sin poderlo remediar.
Antes era yo el que te seguía y no tenia
la alegría de un minuto en mi vivir.
Hoy que logré felicidad al tenerte fe,
dudas de mí.

No,
no quiero verte sufrir.
No,
no quiero verte llorar.
No quiero que haya dudas,
no quiero que haya sombras
que empañen los encantos
de nuestro dulce hogar.
No,
no quiero verte llorar.
No,
no quiero verte sufrir.
Amor mío,
debes tener confianza,
vos sos toda mi esperanza,
mi alegría de vivir.

Quiero repetirte las palabras que vos antes
me decías cuando me encontraba así.
Por nuestro amor te lo pido.
No debes dudar de mí.
Yo que sé las noches de tortura que es vivir
obsesionado por los celos del amor,
quiero evitarte de una vez tanto pesar,
tanto dolor.

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No te apures, Carablanca
Música: Roberto Garza
Letra: Carlos Bahr
No te apures, Carablanca...
Que no tengo quién me espere...
Nadie extraña mi retardo,
Para mí siempre es temprano
Para llegar.
No te apures, Carablanca...
Que al llegar me quedo solo...
Y la noche va cayendo,
Y en sus sombras los recuerdos
Lastiman más.

Me achica el corazón
Salir del corralón,
Porque me sé perdido.
Me tienta la ilusión
Que ofrece el bodegón,
En su copa de olvido.
Caña en la pena...
Llama que me abrasa
Mal que no remedia,
Pena que se agranda.
Siempre lo mismo...
Voy para olvidarla
Y entre caña y caña
La recuerdo más.

No te apures, Carablanca,
Que aquí arriba del pescante,
Mientras ando traqueteando
Voy soñando como cuando
La conocí.
No te apures, Carablanca...
Que no tengo quién me espere
Como entonces, cuando iba
Compadreando la alegría,
De ser feliz.

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No te engañes corazón
Música: Rodolfo Sciammarella
Letra: Rodolfo Sciammarella
No te dejes engañar, corazón,
por su querer, por su mentir.
No te vayas a olvidar
que es mujer y que, al nacer,
del engaño hizo un sentir.
Miente al llorar, miente al reir,
miente al sufrir y a al amar.
Miente al jurar falsa pasión,
no te engañes, corazón.

Me apena verte con ella del brazo,
si a mí me dio el esquinazo,
a vos qué no te dará.
Oíme, yo que soy tu amigo viejo
quiero darte un buen consejo,
largala y te convendrá.

Acaso te llore y se desespere
y te diga que te quiere,
viejo ardid de la mujer.
No creas que a vos sólo ha de quererte,
si juró que hasta la muerte,
solo mía había de ser.

No te dejes engañar, corazón,
por su querer, por su mentir.
No te vayas a olvidar
que fue mía y que algun día
te podés arrepentir.

Si has de llorar con gran dolor
se ha de burlar de tu amor.
No te olvidés que ella es mujer,
no te dejes convencer.

No creas que es la envidia o el despecho,
por todo el mal que me ha hecho,
que hace que yo te hable así.
Bien sabes que no hay envidia en mi pecho,
que soy un hombre derecho,
que soy como siempre fui.

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No te quiero más
Música: Juan Baüer
Letra: Juan Baüer
No te quiero más
ni te puedo ver,
me dedico a la garufa,
ahora tengo otro querer;
la vida es así,
qué le vas a hacer,
no quiero terner más penas
por culpa de una mujer.

Ya no me importa que te hagas bataclana
ni que me digas que tu amor es un mishé,
ni que me batas cuando vengas de mañana
es un amigo que hay que seguirle el tren;
olvidate por completo que he existido
y si la farra te lleva al cabaret,
si allí me encuentras, piénsalo siempre,
que no te puedo querer.

No te quiero com te quería,
sabe Dios dónde estará
el metejón que tenía.
Mi felicidad
ha vuelto a nacer,
que tranquilo estoy ahora
que no volveré a querer.

Vos mi hijita vas siguiendo el mal camino
que a la larga marcará tu perdición;
quien mal anda mal acaba, y tu destino
torturará mi pobre corazón.
Algún día llorarás por los amores
que hoy altiva despreciaste sin pensar
en este amigo
que te quería
pero que no te quiere más

No te quiero más
ni te puedo ver,
me dedico a la garufa,
ahora tengo otro querer;
la vida es así,
qué le vas a hacer,
no quiero terner más penas
por eso quiero beber.

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Nobleza de arrabal (Caruso)
Música: Francisco Canaro
Letra: Juan Andrés Caruso
Naciste en el suburbio
y entre tangos dormilones,
enredaron corazones
tus vestidos de percal.
Y al compás del organito
que tangueaba en las orillas,
bailaban en zapatillas
los tauras del arrabal.
Ya no adornan tu cabeza
esas rosas encarnadas,
no hay zapatillas bordadas
ni leones a la francesa.
Hoy en traje de soiree
en las sombras de la noche,
te lleva un auto o un coche
al lujoso cabaret.

Y allí te encuentras bien, porque
te llenan de ventura y placer,
mas nunca encontraras amor,
y al suburbio has de volver.

Perdieron todo el encanto
tus alegres carcajadas,
tus cortes y tus quebradas
ya no son del arrabal.
Y aunque vivas entre el lujo
tu vida triste se esfuma
como la débil espuma
de tu copa de champán.

Flor genuina de arrabal,
los que quieran alejarte
no podrán desalojarte
de la musa popular.
Que aunque nacida en el fango
nadie te quita la palma,
llevas metida en el alma
una milonga y un tango.

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Nobleza de arrabal (Manzi)
Música: Francisco Canaro
Letra: Homero Manzi
En un ranchito de Alsina
tengo el hogar de mi vida,
con cerco de cina-cina
y corredor de glicinas.
Hay un aljibe pintado,
bajo un parral de uva rosa,
y una camelia mimosa
temblando sobre el brocal.

Y allí también estás frisón
y eres mi lujo de cuarteador.
Rocín feliz, de crin azul,
famoso por todo el sur.
Cuando el domingo asolea
por no hacer de perezoso,
traigo el balde desde el pozo
y refresco el corredor.
Y aprovechando el fresquito
me siento bajo la parra
y al compás de mi guitarra
canto décimas de amor.

En mi ranchito de Alsina
paso tranquilo las horas,
junto al amor de la china,
que me respeta y me adora.
Y, entre su amor y las cosas
que adornan toda mi suerte,
temo, nomás, que la muerte
me saque de ese rincón.

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Noche de reyes
Música: Pedro Maffia
Letra: Jorge Curi
La quise como nadie tal vez haya querido
y la adoraba tanto que hasta celos sentí.
Por ella me hice bueno, honrado y buen marido
y en hombre de trabajo, mi vida convertí.
Al cabo de algún tiempo de unir nuestro destino
nacía un varoncito, orgullo de mi hogar;
y era mi dicha tanta al ver claro mi camino,
ser padre de familia, honrado y trabajar.

Pero una noche de Reyes,
cuando a mi hogar regresaba,
comprobé que me engañaba
con el amigo más fiel.
Y ofendido en mi amor propio
quise vengar el ultraje,
lleno de ira y coraje
¡sin compasión los maté!

Qué cuadro compañeros, no quiero recordarlo,
me llena de vergüenza, de odio y de rencor.
¡De qué vale ser bueno! Si aparte de vengarme
clavaron en mi pecho la flecha del dolor.
Por eso compañero, como hoy es día de Reyes,
los zapatitos el nene afuera los dejó.
Espera un regalito y no sabe que a la madre
por falsa y por canalla, ¡su padre la mató!

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Nostalgias
Música: Juan Carlos Cobián
Letra: Enrique Cadícamo
Quiero emborrachar mi corazón
para apagar un loco amor
que más que amor es un sufrir...
Y aquí vengo para eso,
a borrar antiguos besos
en los besos de otras bocas...
Si su amor fue "flor de un día"
¿porqué causa es siempre mía
esa cruel preocupación?
Quiero por los dos mi copa alzar
para olvidar mi obstinación
y más la vuelvo a recordar.

Nostalgias
de escuchar su risa loca
y sentir junto a mi boca
como un fuego su respiración.
Angustia
de sentirme abandonado
y pensar que otro a su lado
pronto... pronto le hablará de amor...
¡Hermano!
Yo no quiero rebajarme,
ni pedirle, ni llorarle,
ni decirle que no puedo más vivir...
Desde mi triste soledad veré caer
las rosas muertas de mi juventud.

Gime, bandoneón, tu tango gris,
quizá a ti te hiera igual
algún amor sentimental...
Llora mi alma de fantoche
sola y triste en esta noche,
noche negra y sin estrellas...
Si las copas traen consuelo
aquí estoy con mi desvelo
para ahogarlos de una vez...
Quiero emborrachar mi corazón
para después poder brindar
"por los fracasos del amor"...

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Nubes de humo (Fume compadre)
Música: Manuel Jovés
Letra: Manuel Romero
Fume compadre,
fume y charlemos
y mientras fuma recordemos
que con el humo del cigarrillo
ya se nos va la juventud.
Fume compadre,
fume y recuerde,
que yo también recordaré.
¡Con el alma la quería
y un negro día
la abandoné!

Voy sin poderla olvidar,
atormentado por la pena;
ella juró que era buena
y no la quise escuchar.
De nada sirve el guapear
cuando es honda la metida
¡pobrecita, mi querida,
toda la vida
la he de llorar!

Y ahora compadre,
arrepentido,
quiero olvidarla
y no la olvido.
Si hasta parece
que ella se mece
entre las nubes de humo azul.
Fume compadre,
fume y soñemos,
quiero olvidar mi ingratitud
al ver hoy que como el humo
se desvanece la juventud.

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Nuestro balance
Música: Chico Novarro
Letra: Chico Novarro
Sentémonos un rato en este bar
a conversar
serenamente.
Echemos un vistazo desde aquí
a todo aquello que pudimos rescatar.
Hagamos un balance del pasado
como socios arruinados
sin rencor,
hablemos sin culparnos a los dos
porque al final salvamos lo mejor.

Ha pasado sólo un año
y el adiós abrió su herida,
un año nada más,
un año gris
que en nuestro amor duro una vida.
Lentamente fue creciendo
la visión de la caída.
La sombra del ayer
nos envolvió
y no atinamos a luchar...

¡No ves!...
Estoy gritando sin querer
porque no puedo contener
esta amargura que me ahoga.
Perdona, no lo puedo remediar,
mi corazón se abrió de par en par.

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Nueve de julio (Bayardo)
Música: José Luis Padula
Letra: Lito Bayardo
Sin un solo adiós
dejé mi hogar cuando partí
porque jamás quise sentir
un sollozar por mí.
Triste amanecer
que nunca más he de olvidar
hoy para qué rememorar
todo lo que sufrí.

Lejano Nueve de Julio
de una mañana divina
mi corazón siempre fiel quiso cantar
y por el mundo poder peregrinar,
infatigable vagar de soñador
marchando en pos del ideal con todo amor
hasta que al fin dejé
mi madre y el querer
de la mujer que adoré.

Yo me prometi
lleno de gloria regresar
para podérsela brindar
a quien yo más amé
y al retornar
triste, vencido y sin fe
no hallé mi amor ni hallé mi hogar
y con dolor lloré.

Cual vagabundo cargado de pena
yo llevo en el alma la desilusión
y desde entonces así me condena
la angustia infinita de mi corazón
¡Qué puedo hacer si ya mis horas de alegría
también se fueron desde aquel día
que con las glorias de mis triunfos yo soñara,
sueños lejanos de mi loca juventud!

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Nueve de julio (Cárdenas 1)
Música: José Luis Padula
Letra: Eugenio Cárdenas
Mientras los clarines tocan diana
y el vibrar de las campanas
repercute en los confines,
mil recuerdos a los pechos
los inflama la alegría
por la gloria de este día
que nunca se ha de olvidar.
Deja, con su música, el pampero
sobre los patrios aleros
una belleza que encanta.
Y al conjuro de sus notas
las campiñas se levantan
saludando, reverentes,
al sol de la Libertad.

Brota, majestuoso, el Himno
de todo labio argentino.
Y las almas tremulantes de emoción,
a la Patria sólo saben bendecir
mientras los ecos repiten la canción
que dos genios han legado al porvenir.
Que la hermosa canción
por siempre vivirá
al calor del corazón.

Los campos están de fiesta
y por la floresta
el sol se derrama,
y a sus destellos de mágicas lumbres,
el llano y la cumbre
se envuelven de llamas.
Mientras que un criollo patriarcal
narra las horas
de las campañas
libertadoras,
cuando los hijos de este suelo
americano
por justa causa
demostraron
su valor.

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Nueve de julio (Cárdenas 2)
Música: José Luis Padula
Letra: Eugenio Cárdenas
Hoy siento en mí
el despertar de algo feliz.
Quiero evocar aquel ayer
que me brindó placer,
pues no he de olvidar
cuando tembló mi corazón
al escuchar, con emoción,
esta feliz canción:

Brota, majestuoso, el Himno
de todo labio argentino.
Y las almas tremulantes de emoción,
a la Patria sólo saben bendecir
mientras los ecos repiten la canción
que dos genios han legado al porvenir.
Que la hermosa canción
por siempre vivirá
al calor del corazón.

En los ranchos hay
un revivir de mocedad;
los criollos ven en su
pasión
todo el amor llegar.
Por las huellas van
llenos de fe y de ilusión,
los gauchos que oí cantar
al resplandor lunar.

Los campos están de fiesta
y por la floresta
el sol se derrama,
y a sus destellos de mágicas lumbres,
el llano y la cumbre
se envuelven de llamas.
Mientras que un criollo patriarcal
narra las horas
de las campañas
libertadoras,
cuando los hijos de este suelo
americano
por justa causa
demostraron
su valor.

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Nunca tuvo novio
Música: Agustín Bardi
Letra: Enrique Cadícamo
Pobre solterona te has quedado
sin ilusión, sin fe...
Tu corazón de angustias se ha enfermado,
puesta de sol es hoy tu vida trunca.
Sigues como entonces, releyendo
el novelón sentimental,
en el que una niña aguarda en vano
consumida por un mal de amor.

En la soledad
de tu pieza de soltera está el dolor.
Triste realidad
es el fin de tu jornada sin amor...
Lloras y al llorar
van las lágrimas temblando tu emoción;
en las hojas de tu viejo novelón
te ves sin fuerza palpitar.
Deja de llorar
por el príncipe soñado que no fue
junto a ti a volcar
el rimero melodioso de su voz.
Tras el ventanal,
mientras pega la llovizna en el cristal
con tus ojos más nublados de dolor
soñás un paisaje de amor.

Nunca tuvo novio, ¡pobrecita!
¿Por qué el amor no fue
a su jardin humilde de muchacha
a reanimar las flores de sus años?.
¡Yo, con mi montón de desengaños
igual que vos, vivo sin luz,
sin una caricia venturosa
que haga olvidar mi cruz!

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