Letras de tango
Hacelo por la vieja
Música: Rodolfo Sciammarella
Letra: Carlos Viván / Héctor Bonatti
Campaneame bien, hermano,
estoy listo en la palmera.
Yo sé bien que la que espera
muy pronto me va a llevar;
por eso es que chorro viejo,
escabiador, mujeriego,
sólo te pido, te ruego,
me escuchés sin protestar.
A nadie tengo en el mundo
más que a vos y a la viejita;
por mi culpa, pobrecita,
vos sabés cuánto lloro...
Pero vos que estás a tiempo,
si querés podés abrirte
y no vas a arrepentirte
como me arrepiento yo.

¡Hacelo por la vieja,
abrite de la barra!...
¿No ves lo que te espera
si continuas así?
¿No ves que es peligroso
tomar la vida en farra?
¡Hacelo por la vieja
si no lo haces por mí!...

De ésta, hermano, no me escapo,
no pretendas engrupirme;
mas, ¿pa' que voy a afligirme
si tenía que suceder?
Aunque mama, pobre mama,
prenda velas a la Virgen,
yo sé bien que estoy en cama,
que ya no hay nada que hacer...
Anoche la pobre vieja,
cuando nadie la veía,
creyéndose que dormía
llorando me fue a besar.
No pude hacerme el dormido,
la besé, la abracé fuerte...
¡Madre, le dije, la muerte
muy pronto me va a llevar!

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Haragán
Música: Enrique Delfino
Letra: Manuel Romero / Luis Bayón Herrera
¡La pucha que sos reo
y enemigo de yugarla!
La esquena se te frunce
si tenés que laburarla...
Del orre batallón
vos sos el capitán;
vos creés que naciste
pa' ser un sultán.
Te gusta meditarla
panza arriba, en la catrera
y oír las campanadas
del reló de Balvanera.
¡Salí de tu letargo!
¡Ganate tu pan!
Si no, yo te largo...
¡Sos muy haragán!

Haragán,
si encontrás al inventor
del laburo, lo fajás...
Haragán,
si seguís en ese tren
yo te amuro... ¡Cachafaz!
Grandulón,
prototipo de atorrante robusto,
gran bacán;
despertá,
si dormido estás,
pedazo de haragán...

El día del casorio
dijo el tipo'e la sotana:
"El coso debe siempre
mantener a su fulana".
Y vos interpretás
las cosas al revés,
¿que yo te mantenga
es lo que querés?
Al campo a cachar giles
que el amor no da pa' tanto.
A ver si se entrevera
porque yo ya no te aguanto...
Si en tren de cara rota
pensás continuar,
"Primero de Mayo"
te van a llamar.

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Hasta siempre amor
Música: Donato Racciatti
Letra: Federico Silva
Hasta siempre, amor,
pasarás de otro brazo
y dolerá el fracaso
igual que hoy.
Hasta siempre, amor,
corazón como el mío,
que compartió tu hastío,
no encontrarás.

Y entre la gente buscarás
la mano amiga que te di
y sólo así comprenderás
que por quererte te perdí.

Hasta siempre, amor,
pasarás de otro brazo
y dolerá el fracaso
igual, igual que hoy.

Hoy me sangra el recuerdo
como una espina nueva
del corazón.
Hasta siempre, amor,
cuando sueñes conmigo
en las noches de frío
ya no estaré.

Y no me llames, si me ves
a mi también con otro amor,
porque es inútil esperar
si la esperanza ya murió.

Hasta siempre, amor,
pasarás de otro brazo
y dolerá el fracaso
igual, igual que hoy.

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Hay una virgem
Música: Celedonio Flores
Letra: Celedonio Flores
Hay una virgen de alma cariñosa
tan tiernamente al corazón unida,
que separar mi vida de su vida
fuera lo mismo que romper las dos.

Hay un semblante pálido y hermoso
que siempre mira con pesar mi alma,
y que en la noche de la dulce calma
vela con mi ángel cuando duermo yo.

Hay un cabello derramado en rizos
que entreteje mi mano cariñosa,
una cabeza lánguida y hermosa
que dulcemente desmayando va.

Hay un seno de amor tibio y tranquilo
donde reclino pálida mi frente
cuando que la copa del amor ferviente
el alma mártir apurando va.

Hay unos ojos negros adormidos,
el azúcar y miel de las pestañas,
cuya mirada celestial empaña
la pureza dulcísima de amar.

Ojos que buscan en los ojos míos
el idioma del alma silencioso.
Ojos dichosos si me ven dichoso,
ojos que lloran si me ven llorar.

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Honor gaucho
Música: Agustín Magaldi
Letra: Juan Fulginiti
Bajo el dolor de esa profunda llaga
con que la infiel ha muerto su esperanza
y sin más ley... la ley de su daga
que ha de apagar su sed de venganza;
miró al rival que era su propio hermano
y ante la luz del desengaño impío
¡no pudo más!... y en un mortal desafío
mostró al varón, ya desnudo su facón.

(recitado)
Y sin más juez que su honor,
después de un pujante duelo,
dejó tendido en el suelo
a aquel hermano traidor.

Se inclinó el paisano con dolor
sobre el cuerpo inerte del rival
y al notar que no era aquella herida mortal
miró el cielo como agradecido;
y la indigna llena de terror
se acercó, llorando, junto al ser
que cayó por ella, y por su falso proceder
bajo el acero del honor

¡Mujer fatal!... dijo el paisano altivo,
a vos también debiera castigarte,
pero tal vez... tal vez si es que vivo,
he de volver la deuda a cobrarte;
y si me voy sin castigar tu infamia
es porque sé que ese hombre necesita
que lo curés... con la ternura infinita
que te besó, cuando al rancho yo llegué.

(recitado)
Se quedó como pensando
en sus muertas ilusiones
y mientras le iban surcando
el rostro dos lagrimones...

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Hopa hopa hopa
Música: Roberto Fugazot
Letra: José Alonso y Trelles
(canción criolla)
Cuasi anochecido, cerquita 'e mi rancho,
cuando con mis penas conversaba a solas,
sentí aquel ruidaje como de pezuñas
y el grito campero de "¡Hopa!...¡Hopa!... ¡Hopa!..."
Salí; y en lo escuro vide a uno de poncho
llevando a los tientos, lazo y boleadoras,
que al tranco espacioso de un matungo zaino
arreaba animales que parecían sombras.

- ¡Paresé, aparcero! Paresé y disculpe
(le dije), ¿qué bichos lleva en esa tropa?
- Voy pa' la tablada de los gauchos zonzos
a venderles miles de esperanzas gordas...
- Si el mercao promete, y engolosinao
vuelve pa' estos pagos en procura de otras,
no olvide que tengo mis potreros llenos
y hasta 'e regalo se las cedo todas...

Sonrióse el tropero, que era el Desengaño...
Taloneó al matungo derecho a las sombras...
Y aún trai a mis óidos el viento en la noche
su grito campero de "¡Hopa!... ¡Hopa!... ¡Hopa!..."

Y aún trai a mis óidos el viento en la noche
su grito campero de "¡Hopa!... ¡Hopa!... ¡Hopa!..."

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Hotel Victoria (Gran Hotel Victoria)
Música: Feliciano Latasa
Letra: Carlos Pesce
Viejo hotel de mis ensueños y alegrías
que acunó el idilio de un loco amar,
hoy recuerdo aquellos días que vos eras
el fiel testigo de mi cantar.

Hotel Victoria, vos que supiste
lo que he llorado en mi soledad,
verás mañana, cuando te olviden,
que sólo el tango te recordará.
Hotel Victoria, fue el año veinte,
que de tus puertas partió mi amor.
Y desde entonces llevo una pena
que va matando a mi pobre corazón.

Hoy que a golpes de piqueta te voltearon,
como aquella ingrata mi amor tronchó.
Los recuerdos son ahora muy amargos,
ilusión que el tiempo se la llevó.

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Ilusión azul
Música: A. Arce
Letra: A. Arce
(Vals)
Altiva y soberbia cual diosa pagana,
pasaste a mi lado mostrando el rencor,
y desde aquel día yo se que he perdido
la gloria inefable de un sueño de amor.

No extraño tus besos que fueron fingidos,
ni extraño tus labios de raro dulzor,
ni me sorprende tu enorme falsía
que ha traicionado mi amor.

Yo tan solo siento
de todo tu enojo
el traidor embrujo
que tienen tus ojos.

Ojos que fueron estrellas que guiaron mi alma,
que me roban calma si me niegan crueles
cuando ansioso busco su mirar de amor.
Ojos que las redes donde prisionero
te adoré sincero y me has hecho esclavo
al poner en mi alma la ilusión azul.

Pero tu alma desdeñosa y fría
no sabía de amores para mi dolor.
Fueron tus ojos los que me mintieron
tan engañadores, como aquel fulgor.
Y ahora arrastro la cadena
del recuerdo triste
del pasado hermoso
al vivir dichoso
en los dorados brazos
de aquella ilusión.
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Indiferencia
Música: Rodolfo Biagi
Letra: Juan Carlos Thorry
Yo también como todos un día
tenía dinero, amigos y hogar.
Nunca supe que había falsía,
que el mundo sabía también traicionar.

Pero cuando a mi vida tranquila
llegó la primera terrible verdad
busqué apoyo en aquellos que amaba
y crueles me dieron soledad.

Ilusión que viviendo latente
pasó entre la gente y pura siguió;
ilusión, hoy te busco y no estás,
ilusión, no te puedo encontrar.

Mi pasado sucumbe aterido
temblando en el frío
de mi vida actual...
Y los años, pasando y pasando,
me están reprochando
porque no hice mal.

Si la vida pasó por tu lado
dejando tronchado tu sino y tu fe,
la maldad que truncó tu camino
pondrá en tu destino de amores la sed.

Pero cuando, vencido y cansado,
tu pecho agobiado requiera bondad,
volverá la cabeza la gente
dando indiferente soledad.

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Infamia
Música: Enrique Santos Discépolo
Letra: Enrique Santos Discépolo
La gente, que es brutal cuando se ensaña,
la gente, que es feroz cuando hace un mal,
buscó para hacer títeres en su guiñol,
la imagen de tu amor y mi esperanza...
A mí, ¿qué me importaba tu pasado...?
si tu alma entraba pura a un porvenir.
Dichoso abrí los brazos a tu afán y con mi amor
salimos, de payasos, a vivir.

Fue inútil gritar
que querías ser buena.
Fue estúpido aullar
la promesa de tu redención...
La gente es brutal
y odia siempre al que sueña,
lo burla y con risas despeña
su intento mejor...
Tu historia y mi honor
desnudaos en la feria,
bailaron su danza de horror,
sin compasión...

Tu angustia comprendió que era imposible,
luchar contra la gente es infernal.
Por eso me dejaste sin decirlo, ¡amor!...
y fuiste a hundirte al fin en tu destino.
Tu vida desde entonces fue un suicidio,
vorágine de horrores y de alcohol.
Anoche te mataste ya del todo y mi emoción
te llora en tu descanso... ¡Corazón!

Quisiera que Dios
amparara tu sueño.
muñeca de amor
que no pudo alcanzar su ilusión.
Yo quise hacer más
pero sólo fue un ansia.
Que tu alma perdone a mi vida
su esfuerzo mejor.
De blanco al morir,
llegará tu esperanza,
vestida de novia ante Dios...
como soñó.

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Intimas
Música: Alfonso Lacueva
Letra: Ricardo Luis Brignolo
Hace tiempo que te noto que estás triste,
mujercita juguetona, pizpireta:
has cambiado, ya no eres tan coqueta
cual las flores primorosas de un altar...
¿Qué te pasa? ¿Desengaños que has sufrido?
¿Las espinas de una rosa te han herido?
¿O el amor de un ingrato que ha fingido?
¿O un vacío imposible de llenar?

Yo también vivo triste desde un día
en qué cosas de la vida me pasaron
y un surco de recuerdos me dejaron
y un dolor imposible de ocultar...
Yo te amaba y me amabas tiernamente,
mas las fuerzas del destino se opusieron
y desde entonces nuestras almas tuvieron
un vacío imposible de llenar.

¡Tus encantos, tus sonrisas tan amables!...
¡EI perfume que exhalaban tus violetas!... !
Y tus bucles y tus ojos, que princesas
anhelantes te quisieran imitar!
Mas la vida tiene abismos insondables...
Hay caminos del destino intransitables...
Hay recuerdos de amor inolvidables...
¡Y hay vacíos imposibles de llenar!

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Ivette
Música: Julio A. Roca
Letra: Pascual Contursi
En la puerta de un boliche
un bacán encurdelado,
recordando su pasado
que la china lo dejó,
entre los humos de caña
retornan a su memoria
esas páginas de historia
que su corazón grabó.

Bulín que ya no te veo,
catre que ya no apolillo,
mina que de puro esquillo
con otro bacán se fue;
prenda que fuiste el encanto
de toda la muchachada
y que por una pavada
te acoplaste a un no sé qué...

¡Qué te ha de dar ese otro
que tu viejo no te ha dado!
¿No te acordás que he robado
pa que no falte el bullón?
¿No te acordás cuando en cana
te mandaba en cuadernitos
aquellos lindos versitos
nacidos del corazón?

¿No te acordás que conmigo
usaste el primer sombrero
y aquel cinturón de cuero
que a otra mina le saqué?
¿No te traje pa tu santo
un par de zarzos de bute
que una noche a un farabute
del cotorro le pianté.
Y con ellos unas botas
con las cañas de gamuza
y una pollera papusa
hecha de seda crepé?

¿No te acordás que traía
aquella crema lechuga
que hasta la última verruga
de la cara te sacó?
Y aquellos polvos rosados
que aumentaban tus colores…
Recordando sus amores
el pobre bacán lloró...

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Jacinto Chiclana
Música: Astor Piazzolla
Letra: Jorge Luis Borges
(milonga)
Me acuerdo, fue en Balvanera,
en una noche lejana,
que alguien dejó caer el nombre
de un tal Jacinto Chiclana.
Algo se dijo también
de una esquina y un cuchillo.
Los años nos dejan ver
el entrevero y el brillo.

¡Quién sabe por qué razón
me anda buscando ese nombre!
Me gustaría saber
cómo habrá sido aquel hombre.
Alto lo veo y cabal,
con el alma comedida;
capaz de no alzar la voz
y de jugarse la vida.

(Recitado)
Nadie con paso más firme
habrá pisado la tierra.
Nadie habrá habido como él
en el amor y en la guerra.
Sobre la huerta y el patio
las torres de Balvanera
y aquella muerte casual
en una esquina cualquiera.

Sólo Dios puede saber
la laya fiel de aquel hombre.
Señores, yo estoy cantando
lo que se cifra en el nombre.
Siempre el coraje es mejor.
La esperanza nunca es vana.
Vaya, pues, esta milonga
para Jacinto Chiclana.

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Jamás lo vas a saber
Música: Manuel Sucher
Letra: Abel Aznar
No me vas a ver tirado
ni me vas a ver vencido.
No me vas a ver rodando
como vos te imaginás.
Ni metido en los boliches
pa' olvidarme de tu olvido.
Si has pensado en todo eso,
no lo vas a ver jamás.

Cuando tenga que nombrarte
voy a hacerlo sin testigos,
por si acaso en una de esas
se me escapa un lagrimón.
Y si tomo alguna copa,
no va a ser con los amigos.
Uno nunca esta seguro
si le falla el corazón.

No voy a andar dando pena,
desesperado y vencido.
Después de haberte perdido
nunca sabrás si tu olvido
dejó ternura o rencor.
Si todos dicen que miento,
porque abrazado al ayer
te quiero mucho, y te siento,
si mi vida es un tormento,
¡jamás, jamás lo vas a saber!

No te voy a dar el gusto
que te digan algún día,
que me vieron solo y triste,
que me muero por tu amor;
que te extraño como nunca,
que te quiero todavía.
No te voy a dar el gusto
que te cuenten mi dolor.
Yo sabré morder mis penas
y callar mis pensamientos,
no te va a decir ninguno
que en sincera confesión
le lloré mis amarguras,
ni le dije lo que siento,
lo que siento lo sabemos
sólo yo y mi corazón.

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Juan Manuel
Música: Sebastián Piana
Letra: Homero Manzi
(candombe)
Candombe de los morenos
por los Barrios del Tambor.
Candombe de noche roja
por la Niña y el Señor.

CORO:
Cuntango, carancuntango,
cuntangó, carancuntán.

En vaina de sombra turbia
la traición es un puñal.
Urquiza viene llegando,
lo saldremos a esperar.

Juan Manuel,
al revolear de los ponchos
banderín del escuadrón,
los colorados más bravos
ya se fueron a Morón.
Juan Manuel,
para luchar por la gloria
de tu estrella Federal,
con tamboril de morenos,
la Mazorca con puñal.
E1 diecinueve de octubre
murió Doña Encarnación.
Los parches retumban duelo,
llora la Restauración.

CORO:
Cuntango, carancuntango,
cuntangó, carancuntán.

Candombe de los morenos
por los Barrios del Tambor.
Candombe de noche negra
por la Niña y el Señor.

Emponchado en la derrota
se fugó en un barco inglés.
Dicen que estaban llorando
los ojos de Juan Manuel.

CORO:
Cuntango, carancuntango,
cuntangó, caranguntán.

Con un silencio de potros
la pampa los despidió.
No pudo volver al pago y
en otra tierra murió.

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Juan Porteño
Música: Carlos Di Sarli
Letra: Héctor Marcó
Este siglo es de locura,
de robot y escaparate.
Buenos Aires sigue el ritmo
de París y Budapest.
Todo el mundo se alza de hombros
y habla de la Bomba H,
quiera Dios que no te cache
una del Follies Bergere.
Ríe el pobre, canta el rico,
ronca el tano en su cotorro.
Se inventó el avión a chorro
y el chorro raja en avión.
Viene Gina, se va Gina
y de un pícaro planeta
un marciano en camiseta
baja en plato volador.

Y rescostao, pensativo,
contra el farol de una esquina,
Juan Porteño se santigua
mordiendo el pucho, tristón.
Piensa acaso, en su nostalgia,
que aquella ciudad bajita
de románticas casitas
sólo está en su corazón.
Despunta la madrugada,
Buenos Aires rompe el sueño
y allá se va Juan Porteño,
silbando un tango llorón.

Hoy se dice que la luna
es un queso fluorescente
y hasta un croto bajo el puente
oye radio en su atelier.
Greta quiere ser artista
con su espejo ríe y sueña
y no ve que se le quema
la comida en la sartén.
Por TV hoy se palpita
el campeonato en la catrera,
de Nueva York y Avellaneda
dan las fijas por radar.
Este siglo es de locura
y si Marte busca arrime
es que ha visto una bikini
por la playa caminar.

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Juanito Laguna ayuda a su madre
Música: Astor Piazzolla
Letra: Horacio Ferrer
Nacido en un malvón
le hicieron el pañal
con media hoja de "Clarín".

Su barrio de latón
le dio para jugar
los cuentos de una fea
caperucita rea.

Juanito que es rabón,
que es bueno como el pan,
a veces come su bondad.

Y aguanta sin beber,
sabiendo cuánta sed
da el agua de la inundación.

Caracol, caracol
tan chiquito y tenaz,
con la cuna a cuestas,
arroró sin sol,
Juanito ayuda a su mamá.

Pichón de varón;
corazón, corazón
de pulgarcito de arrabal,
baldea y viene y va
y si ella al fin le pide el sol,
Juanito cruza el mar
en un jabón de lavar.

Por la noche, mamá
le da un dulce jornal
de mil besos
y lo hace dormir.

"Larará, larará,
larará, larará.
Dormíte Juanito,
ya me olvidarás,
Juanito Laguna,
cuando seas Juan".

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Julián Navarro
Música: Francisco Canaro
Letra: Alberto Vaccarezza
Aquí estoy otra vez. Ya he venido,
desafiando el rigor de la suerte,
a buscar o la vida o la muerte
en los barrios de mi perdición.
Mas no sé al corazón qué le pasa,
que la música aumenta su pena
y, al compás de este tango que suena,
se estira y encoge como un bandoneón.

Los vientos contrarios torcieron mi rumbo
y solo en el mundo me eché a caminar.
Pensaba olvidarla, mas todo fue inútil...
¡No olvidan los criollos que saben amar!
¡Bien haya el destino si, después de tanto
rodar por los campos, la vuelvo a encontrar!

Ni una sombra soy ya del que ha sido
respetao en el bajo malevo
y estas pilchas gastadas que llevo
van pintando mi cruel situación;
pero siento vibrar todavía,
bajo el pecho que esconde el ropaje,
esta voz que es la voz del coraje,
abierta y profunda como una canción.

No lanzo mi reto ni busco pendencia,
que ya la prudencia me entró a apaciguar,
y quiero de nuevo dormir en mi barrio
las noches tranquilas de la libertad...
Pero sí hay quien pite mordiendo el cigarro,
con Julián Navarro se puede encontrar.

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Justo el 31
Música: Enrique Santos Discépolo
Letra: Enrique Santos Discépolo
Hace cinco días,
loco de contento
vivo en movimiento
como un carrusel...
Ella que pensaba
amurarme el uno,
justo el treinta y uno
yo la madrugué...
Me contó un vecino,
que la inglesa loca,
cuando vio la pieza
sin un alfiler,
se morfó la soga
de colgar la ropa
(que fue en el apuro,
lo que me olvidé...).

Si ahorca no me paga
las que yo pasé.
Era un mono loco
que encontré en un árbol
una noche de hambre
que me vio pasar.
me tiró un coquito...
¡yo que soy chicato...
me ensarté al oscuro
y la llevé al bulín!...
Sé que entré a la pieza
y encendí la vela,
sé que me di vuelta
para verla bien...
Era tan fulera,
que la vi, di un grito,
lo demás fue un sueño...
¡Yo, me desmayé!

La aguanté de pena
casi cuatro meses,
entre la cachada
de todo el café...
Le tiraban nueces,
mientras me gritaban:
"¡Ahí va Sarrasani
con el chimpancé"!...
Gracias a que el "Zurdo",
que es tipo derecho,
le regó el helecho
cuando se iba a alzar;
y la redoblona
de amurarme el uno
¡justo el treinta y uno
se la fui a cortar!

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