Letras de tango
Adelina
Música: Juan Carlos Ghio / Ramón Montes
Letra: Ramón Montes / Juan Carlos Ghio
(vals)
Son tus ojos, Adelina,
tan negros como mi suerte
y en tu rostro se ve dibujada
toda tu hermosura.
Es tu acento, también adornado
de luz y ternura;
sos la imagen pura,
que robó la calma
de mi corazón.

Contemplarte siempre
es mi único anhelo,
una mirada tuya
es mi alegría.
Estando lejos de ti
me moriría de pena
y de dolor.

Yo comprendo demasiado
que tu amor me es imposible;
también comprendo
que de tu corazón
jamás seré dueño.
Pero es tanto mi cariño
que tu imagen veo, y te sueño
y así me despierto creyéndote mía
¡qué dicha sería
ser tu admirador!

arriba
Adiós Nonino
Música: Astor Piazzolla
Letra: Eladia Blázquez
Desde una estrella al titilar...
Me hará señales de acudir,
por una luz de eternidad
cuando me llame, voy a ir.
A preguntarle, por ese niño
que con su muerte, lo perdí,
que con "Nonino" se me fue...
Cuando me diga, ven aquí...
Renaceré... Porque...

¡Soy...! la raíz, del país
que amasó con su arcilla.
¡Soy...! Sangre y piel, del "tano" aquel,
que me dio su semilla.
Adiós "Nonino".. que largo sin vos,
será el camino.
¡Dolor, tristeza, la mesa y el pan...!
Y mi adiós.. ¡Ay! Mi adiós,
a tu amor, tu tabaco, tu vino.
¿Quién..? Sin piedad, me robó la mitad,
al llevarte "Nonino"...
Tal vez un día, yo también mirando atrás...
Como vos, diga adiós ¡No va más..!

Recitado:
Y hoy mi viejo "Nonino" es una planta.
Es la luz, es el viento y es el río...
Este torrente mío lo suplanta,
prolongando en mi ser, su desafío.
Me sucedo en su sangre, lo adivino.
Y presiento en mi voz, su propio eco.
Esta voz que una vez, me sonó a hueco
cuando le dije adiós Adiós "Nonino".

¡Soy...! La raíz, del país
que amasó con su arcilla...
¡Soy...! Sangre y piel,
del "tano" aquel,
que me dio su semilla.
Adiós "Nonino"... Dejaste tu sol,
en mi destino.
Tu ardor sin miedo, tu credo de amor.
Y ese afán... ¡Ay...! Tu afán
por sembrar de esperanza el camino.
Soy tu panal y esta gota de sal,
que hoy te llora "Nonino".
Tal vez el día que se corte mi piolín,
te veré y sabré... Que no hay fin.

arriba
Adiós corazón
Música: Luis Eduardo Etchegoncelay
Letra: Héctor Sapelli
Adiós corazón...
te decían los muchachos.
Adiós corazón...
aquel día dije yo.
Y comenzaste a sonreir
porque la frase te agradó
y por las calles te seguí
diciendo así, con emoción:
Adiós corazón...
si usted quiere conversamos;
soñé con su amor...
quiero ver qué hay de verdad.
Y mi presencia te turbó:
quedaste casi sin hablar
cuando dijiste con tu adiós:
¡Hasta mañana, corazón!

Adiós corazón...
de tu mano va otra mano.
Adiós corazón...
quién pudiera ser tu amor.
¡Que nunca tengas que llorar!
¡Que no conozcas el dolor!
Y que en tus ojos, el amor,
viva radiante como hoy.
Adiós corazón...
si usted quiere conversamos;
soñé con su amor...
quiero ver qué hay de verdad.
Y mi presencia te turbó:
quedaste casi sin hablar
cuando dijiste con tu adiós:
¡Hasta mañana, corazón!

arriba
Adiós muchachos
Música: Julio César Sanders
Letra: César Vedani
Adiós, muchachos, compañeros de mi vida,
barra querida de aquellos tiempos.
Me toca a mí hoy emprender la retirada,
debo alejarme de mi buena muchachada.
Adiós, muchachos. Ya me voy y me resigno...
Contra el destino nadie la talla...
Se terminaron para mí todas las farras,
mi cuerpo enfermo no resiste más...

Acuden a mi mente
recuerdos de otros tiempos,
de los bellos momentos
que antaño disfruté
cerquita de mi madre,
santa viejita,
y de mi noviecita
que tanto idolatré...
¿Se acuerdan que era hermosa,
más bella que una diosa
y que ebrio yo de amor,
le di mi corazón,
mas el Señor, celoso
de sus encantos,
hundiéndome en el llanto
me la llevó?

Es Dios el juez supremo.
No hay quien se le resista.
Ya estoy acostumbrado
su ley a respetar,
pues mi vida deshizo
con sus mandatos
al robarme a mi madre
y a mi novia también.
Dos lágrimas sinceras
derramo en mi partida
por la barra querida
que nunca me olvidó
y al darles, mis amigos,
mi adiós postrero,
les doy con toda mi alma
mi bendición...

arriba
Adiós pampa mía
Música: Francisco Canaro / Mariano Mores
Letra: Ivo Pelay
¡Adiós pampa mía!...
Me voy... Me voy a tierras extrañas
adiós, caminos que he recorrido,
ríos, montes y cañadas,
tapera donde he nacido.
Si no volvemos a vernos,
tierra querida,
quiero que sepas
que al irme dejo la vida.
¡Adiós!...

Al dejarte, pampa mía,
ojos y alma se me llenan
con el verde de tus pastos
y el temblor de las estrellas...
Con el canto de tus vientos
y el sollozar de vihuelas
que me alegraron a veces,
y otras me hicieron llorar.

¡Adiós pampa mía!...
Me voy camino de la esperanza.
Adiós, llanuras que he galopado,
sendas, lomas y quebradas,
lugares donde he soñado.
Yo he de volver a tu suelo,
cuando presienta
que mi alma escapa
como paloma hasta el cielo...
¡Adiós!...
¡Me voy, pampa mía!...
¡Adiós!...

arriba
Afiches
Música: Atilio Stampone
Letra: Homero Expósito
Cruel en el cartel,
la propaganda manda cruel en el cartel,
y en el fetiche de un afiche de papel
se vende la ilusión,
se rifa el corazón...
Y apareces tú
vendiendo el último jirón de juventud,
cargándome otra vez la cruz.
¡Cruel en el cartel, te ríes, corazón!
¡Dan ganas de balearse en un rincón!

Ya da la noche a la cancel
su piel de ojera...
Ya moja el aire su pincel
y hace con él la primavera...
¿Pero qué?
si están tus cosas pero tú no estás,
porque eres algo para todos,
como un desnudo de vidriera...
¡Luché a tu lado, para ti,
por Dios, y te perdí!

Yo te di un hogar...
¡Siempre fui pobre, pero yo te di un hogar!
Se me gastaron las sonrisas de luchar,
luchando para ti,
sangrando para ti...
Luego la verdad,
que es restregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar...
-¡fue culpa del amor!-
¡Dan ganas de balearse en un rincón!

arriba
Afilador
Música: Francisco Pracánico
Letra: Emilio Magaldi
(ranchera)
Mendigo errante,
camino siempre
y soy constante
más que valiente;
habrá ilusiones
en mi camino
peroo el destino
me grita siempre.

Afilador,
para tu cariño hallar,
dale que dale a la piedra,
que con tantas chispas
ya la encontrarás.
Afilador,
no abandones tu pedal,
que girando en tantas vueltas
desde alguna puerta
ya te llamarán...

Yo busco una prenda
para compañera
y si es que la encuentro
le juro quererla;
entonces mi vida
sería más bella,
porque ya no puedo
vivir sin amor.

Pero es difícil
sacar partido;
aunque he querido
buscar amores,
que saquen fuego,
como es el fuego
no valen piedras
de corazones.

arriba
Agua florida
Música: Ramón Collazo
Letra: Fernán Silva Valdés
Agua florida, vos eras criolla.
Te usaban las pobres violetas del fango
de peinados lisos, como agua'e laguna,
cuando se bailaba alegrando el tango
con un taconeo y una media luna.
Perfume del tiempo taura que pasó,
pues todo en la vida ha de ser así,
cuando las percantas mentían que no
mientras las enaguas batían que sí.

Chinas
sencillas y querendonas,
que al son de las acordeonas
bailaban un milongón.
Chinas
que oliendo a agua florida
se metían en la vida
a punta de corazón.

Agua florida vos eras criolla.
De cuando una viola tocaba de prima
y otras las cuarteaban dando a las bordonas,
y un ramo de taitas era cada esquina
y la vida era linda y guapetona.
Vos eras del tiempo del gacho ladeao,
de la mina airosa anclada al bulín,
del lazo en el pelo, del percal floreao
y de la academia y el peringundín.

arriba
Aguja brava
Música: Edmundo Rivero
Letra: Eduardo Giorlandini
La laburó de guapo, piolamente,
y la milonguera, su caro berretín,
ñapada postamente en su bulín,
rejunó cayetana el expediente.

Era una naifa piya y cadenera
que andaba con la yuta cabreiroa;
con prontuario a la gurda, sobradora,
y una pintusa de percanta buena.

Él, que había sido un liso bien cheronca,
un caferata de tapín y escuela,
perdió su cancha laburando, ¡oi'dioca!,
de colchonero y refilando tela.

Tanto amó el longipietro a la taquera
que aguantiñó, cabrero,
que la barra nochera lo llamara,
por pamela y por merlo mishé,
Aguja Brava.

Y así terminó un piola, Aguja Brava,
que por amor quedó cardando lana.
Antes, sacaba tela de las minas
y ahora le hace colchones a la cana.

arriba
Ahora no me conocés
Música: Armando Baliotti
Letra: Carlos Giampetruzzi (Giampé)
Te perdiste del rincón natal
tras un sueño de distancia,
sin pensar que allá quedaban
los seres que te amaban
y yo con mi inconstancia.
Agonía de vivir sin vos
o morir en un camino.
Y me marché dejando atrás
la maldición sobre los dos
y este es el pago que me das.

Ahora no me conocés,
me borró tu ingratitud.
Aunque dejes mi alma trunca
no podrás olvidar nunca
lo de nuestra juventud.
Algún día llorarás,
todo el daño que me hacés.
Te busqué sin darme paz,
por cariño, nada más
y ahora, no me conocés.

No se juega con un corazón,
como vos lo haces conmigo.
No pongas el gesto huraño,
buscarte fue mi engaño
y hallarte, mi castigo.
Yo no sé como podés fingir
este asombro en mi presencia,
yo que soñaba esta ocasión,
te vi pasar, te oí reír
y se hizo trizas mi ilusión.

arriba
Ahí va el dulce
Música: Juan Canaro
Letra: Osvaldo Sosa Cordero
Con llanto 'e bandoneón
sangraba un corazón...
Y su lamento
rodó en la noche
con un derroche
de sentimiento...
Del fuelle al rezongar
se puso así a cantar:
Huérfano y triste,
sin tu cariño,
igual que un niño
m'echo a llorar...

Tiempo que pasó
dulce ayer.
¿Quién me arrebató
tus caricias, mujer?
Hoy, al verme así,
tras aquel soñar,
triste es mi despertar.

Jamás podré olvidar
cuando te vi cruzar
por mi camino,
triunfante y bella,
la tarde aquella
en que el destino
nos enfrentó a los dos.
Y, de una dicha en pos,
hallé en la gloria
de tus pupilas
dulces, tranquilas,
un don de Dios.

arriba
Al compás de un tango
Música: Alberto Suárez Villanueva
Letra: Oscar Rubens
Dejate de locuras, muchacho,
pensá bien lo que haces.
Me han dicho que te han visto borracho
Llorando por una mujer...
¡Como el dolor te ha cambiado,
que ya no sos el de ayer!
Volvé pa' la milonga,
que un fuelle rezonga
como llamándote.

Al compás de un tango
la habrás de olvidar,
con una pebeta
que sepa bailar,
una piba buena
que, al mirar tus ojos,
comprenda la pena
de tu corazón.

Al compás de un tango
habrás de encontrar
a esa mujercita
sincera y leal,
y veras, un día,
lleno de alegría
a la que lloraste
ni recordarás.

Dejate de locuras, muchacho,
tenés que reaccionar.
El hombre debe ser de quebracho
pa' resistir el mal.
Si esa mujer te ha hecho daño
perderla ha sido mejor.
Volvé pa' la milonga,
que un fuelle rezonga,
pa' darte más valor.

arriba
Al compás del corazón (Late un corazón)
Música: Domingo Federico
Letra: Homero Expósito
Late un corazón,
déjalo latir...
Miente mi soñar,
déjame mentir...
Late un corazón
porque he de verte
nuevamente,
miente mi soñar
porque regresas lentamente.

Late un corazón...
me parece verte regresar con el adiós.
Y al volver gritarás tu horror,
el ayer, el dolor, la nostalgia,
pero al fin bajarás la voz
y atarás tu ansiedad de distancias.
Y sabrás por qué late un corazón
al decir... ¡Qué feliz!...
Y un compás, y un compás de amor
unirá para siempre el adiós.

Ya verás, amor,
qué feliz serás...
¿Oyes el compás?
Es el corazón.
Ya verás qué dulces
son las horas del regreso,
ya verás qué dulces los reproches y los besos.
Ya verás, amor,
qué felices horas al compás del corazón.

arriba
Al mundo le falta un tornillo
Música: José María Aguilar
Letra: Enrique Cadícamo
Todo el mundo está en la estufa,
Triste, amargao y sin garufa,
neurasténico y cortao...
Se acabaron los robustos,
si hasta yo, que daba gusto,
¡cuatro kilos he bajao!
Hoy no hay guita ni de asalto
y el puchero está tan alto
que hay que usar el trampolín.
Si habrá crisis, bronca y hambre,
que el que compra diez de fiambre
hoy se morfa hasta el piolín.

Hoy se vive de prepo
y se duerme apurao.
Y la chiva hasta a Cristo
se la han afeitao...
Hoy se lleva a empeñar
al amigo más fiel,
nadie invita a morfar...
todo el mundo en el riel.
Al mundo le falta un tornillo
que venga un mecánico...
¿Pa' qué, che viejo?
Pa' ver si lo puede arreglar.

¿Qué sucede?... ¡mama mía!
Se cayó la estantería
o San Pedro abrió el portón.
La creación anda a las piñas
y de pura arrebatiña
apoliya sin colchón.
El ladrón es hoy decente
a la fuerza se ha hecho gente,
va no encuentra a quién robar.
Y el honrao se ha vuelto chorro
porque en su fiebre de ahorro
él se “afana” por guardar.
Al mundo le falta un tornillo,
que venga un mecánico.
pa' ver si lo puede arreglar.

arriba
Al pie de la Santa Cruz
Música: Enrique Delfino
Letra: Mario Battistella
Declaran la huelga,
hay hambre en las casas,
es mucho el trabajo
y poco el jornal;
y en ese entrevero
de lucha sangrienta,
se venga de un hombre
la Ley Patronal.
Los viejos no saben
que lo condenaron,
pues miente, piadosa,
su pobre mujer.
Quizás un milagro
le lleve el indulto
y vuelva en su casa
la dicha de ayer.

Mientras tanto,
al pie de la santa Cruz,
una anciana desolada
llorando implora a Jesús:
"Por tus llagas que son santas,
por mi pena y mi dolor,
ten piedad de nuestro hijo,
¡Protégelo, Señor¡"
Y el anciano,
que no sabe ya rezar,
con acento tembloroso
también protesta a la par:
"¿Qué mal te hicimos nosotros
pa' darnos tanto dolor?"
Y, a su vez, dice la anciana:
"¡Protégelo, Señor!..."

Los pies engrillados,
cruzó la planchada.
La esposa lo mira,
quisiera gritar...
Y el pibe inocente
que lleva en los brazos
le dice llorando:
"¡Yo quiero a papá¡"
Largaron amarras
y el último cabo
vibró, al desprenderse,
en todo su ser.
Se pierde de vista
la nave maldita
y cae desmayada
la pobre mujer...

arriba
Al verla pasar
Música: Joaquín Mora
Letra: José María Contursi
Ayer al verla pasar me convencí
que no es posible volver y comprendí
que todo se ha terminado,
que somos sombras de aquel pasado.
Con cuánta pena miré lo que creí
sería mi salvación... ¡Pobre de mí!
Y en esa duda terrible
de hablarla o no hablarla
mis pasos volví...

Pobrecita,
¡qué vieja y pálida estaba!
Sin brillo
sus negros ojos miraban...
La vida
quiso ensañarse con ella...
¡Pensar que fue tan bella
y que hoy el mundo la olvida!
Si supiera
que yo también he cambiado,
que tengo
el corazón destrozado,
que a veces
hasta en matarme he pensado,
pues todo, todo, todo
ha muerto ya para mí...

Después temblando me fui de aquel lugar
con unas ansias tan grandes de llorar...
Enloquecido de pena,
frío en el alma,
hielo en las venas...
Y anduve, así, sin saber adónde ir,
sintiendo risas y burlas junto a mí. . .
Y hoy, al saberme perdido,
sin fuerzas, vencido,
no puedo vivir...

arriba
Alguien le dice al tango
Música: Astor Piazzolla
Letra: Jorge Luis Borges
Tango que he visto bailar
contra un ocaso amarillo
por quienes eran capaces
de otro baile, el del cuchillo.
Tango de aquel Maldonado
con menos agua que barro,
tango silbado al pasar
desde el pescante del carro.

Despreocupado y zafado,
siempre mirabas de frente.
Tango que fuiste la dicha
de ser hombre y ser valiente.
Tango que fuiste feliz,
como yo también lo he sido,
según me cuenta el recuerdo;
el recuerdo fue el olvido.

Desde ese ayer, ¡cuántas cosas
a los dos nos han pasado!
Las partidas y el pesar
de amar y no ser amado.
Yo habré muerto y seguirás
orillando nuestra vida.
Buenos Aires no te olvida,
tango que fuiste y serás.

arriba
Alma de bandoneón
Música: Enrique Santos Discépolo
Letra: Enrique Santos Discépolo / Luis César Amadori
Yo me burlé de vos
porque no te entendí
ni comprendí tu dolor.
Tuve la sensación
de que tu canto cruel
lo habías robao, bandoneón...
Recién comprendo bien
la desesperación
que te revuelve al gemir
¡Sos una oruga que quiso
ser mariposa antes de morir!

Fue tu voz,
bandoneón,
la que me confió
el dolor
del fracaso
que hay en tu gemir;
voz que es fondo
de la vida oscura
y sin perdón,
del que soñó volar
y arrastra su ilusión
llorándola...

Igual que vos soñé...
Igual que vos viví
sin alcanzar mi ambición.
Alma de bandoneón
-alma que arrastro en mí-
voz de desdicha y de amor,
te buscaré al morir,
te llamaré en mi adiós,
para pedirte perdón,
y al apretarte en mis brazos,
darte en pedazos
mi corazón.

arriba
Alma de bohemio
Música: Roberto Firpo
Letra: Juan Andrés Caruso
Peregrino y soñador,
cantar
quiero mi fantasía
y la loca poesía
que hay en mi corazón,
y lleno de amor y de alegría,
volcaré mi canción.

Siempre sentí
la dulce ilusión,
de estar viviendo
mi pasión.

Si es que vivo lo que sueño,
yo sueño todo lo que canto,
por eso mi encanto
es el amor.
Mi pobre alma de bohemio
quiere acariciar
y como una flor
perfumar.

Y en mis noches de dolor,
a hablar
me voy con las estrellas
y las cosas más bellas,
despierto he de soñar,
porque le confío a ellas
toda mi sed de amar.

Siempre sentí
la dulce ilusión,
de estar viviendo
mi pasión.

Yo busco en los ojos celestes
y renegridas cabelleras,
pasiones sinceras,
dulce emoción.
Y en mi triste vida errante
llena de ilusión,
quiero dar todo
mi corazón.

arriba
Alma de loca
Música: Guillermo Cavazza
Letra: Jacinto Font
Milonguera, bullanguera, que la va de alma de loca,
la que con su risa alegre, vibrar hace el cabaret,
la que lleva la alegría en los ojos y en la boca,
la que siempre fue la reina de la farra y del placer.
Todo el mundo te conoce de alocada y jaranera,
todo el mundo dudaría lo que yo puedo jurar:
que te he visto la otra noche parada ante una vidriera
contemplando a una muñeca con deseos de llorar.

Te pregunté qué tenías y me respondiste: nada...
pero advertí al verte tan turbada
que era tu intento ocultarme la verdad.
La sonrisa que tus labios dibujaban quedó helada
y una imprevista lágrima traidora
como una perla de tus ojos fue a rodar.

Quién creyera, milonguera, vos que siempre te reíste,
y que siempre te burlaste de la pena y del dolor,
ibas a mostrar la hilacha poniéndote seria y triste
ante una pobre muñeca modestita, y sin valor.
Yo te guardaré el secreto, no te aflijas, milonguita,
por mí nunca sabrá nadie que has dejado de reír,
y no vuelvas a mirar a la pobre muñequita
que te recuerda una vida que ya no puedes vivir.

Ríe siempre, milonguera, bullanguera, casquivana
para qué quieres amargar tu vida
pensando en esas cosas que no pueden ser.
Corre un velo a tu pasado, sé milonga, sé mundana,
para que así los hombres no descubran
tus amarguras, tus tristezas de mujer.

arriba
Alma en pena
Música: Anselmo Aieta
Letra: Francisco García Jiménez
Aún el tiempo no logró
llevar su recuerdo,
borrar las ternuras
que guardan escritas
sus cartas marchitas
que tantas lecturas
con llanto desteñí...
¡Ella sí que me olvidó!...
Y hoy frente a su puerta
la oigo contenta,
percibo sus risas
y escucho que a otro
le dice las mismas
mentiras que a mí...

Alma... que en pena vas errando,
acércate a su puerta
suplícale llorando:
Oye... perdona si te pido
mendrugos del olvido
que alegre te hace ser...
¡Tú me enseñaste a querer y he sabido!
Y haberlo aprendido
de amores me mata...
Y yo que voy aprendiendo hasta a odiarte,
tan sólo a olvidarte
no puedo aprender.

Esa voz que vuelvo a oír,
un día fue mía,
y hoy de ella es apenas
el eco el que alumbra
mi pobre alma en pena,
que cae moribunda
al pie de su balcón...
Esa voz que maldecí,
hoy oigo que a otro
promete la gloria,
y cierro los ojos,
y es una limosna
de amor, que recojo
con mi corazón.

arriba
Alma mía
Música: Diego Centeno
Letra: Héctor Marcó
(vals)
Alma mía, ¿con quién soñás?
He venido a turbar tu paz.
No me culpes, soy un cantor
que ha querido mezclar a tu sueño
un verso porteño borracho de amor.

Si despiertas, no maldigas
llego aquí porque te adoro,
porque sufro, porque imploro,
porque quiero que me digas,
si es verdad que cuando sueñas
me acarician tus amores.
Mariposa, tus colores
me han robado el corazón.

Deja el lecho cándida flor
que en tu reja ronda el amor.
Abre niña tu ventanal
que con rayos de luna risueña
la noche porteña te quiere besar.

Duerme el ave, allá en su nido,
solo rondo yo en la calma
por saber si tienes alma,
oh mujer, que me has vencido.
Despierta si estás dormida
que por ti, mi dulce dueña,
mientras Buenos Aires sueña,
yo agonizo en tu balcón.

arriba
Almagro
Música: Vicente San Lorenzo
Letra: Iván Diez
Cómo recuerdo, barrio querido,
aquellos tiempos de mi niñez...
Eres el sitio donde he nacido
y eres la cuna de mi honradez.
Barrio del alma, fue por tus calles
donde he gozado mi juventud.
Noches de amor viví,
con tierno afán soñé
y entre tus flores
también lloré...
¡Qué triste es recordar!
Me duele el corazón...
Almagro mío,
¡qué enfermo estoy!

Almagro, Almagro de mi vida,
tú fuiste el alma de mis sueños...
Cuántas noches de luna y de fe,
a tu amparo yo supe querer...
Almagro, gloria de los guapos,
lugar de idilios y poesía,
mi cabeza la nieve cubrió;
ya se fue mi alegría
como un rayo de sol.

El tiempo ingrato dobló mi espalda
y a mi sonrisa le dio frialdad...
Ya soy un viejo, soy una carga,
con muchas dudas y soledad.
Almagro mío, todo ha pasado;
quedan cenizas de lo que fue...
Amante espiritual
de tu querer sin fin,
donde he nacido
he de morir.
Almagro, dulce hogar,
te dejo el corazón
como un recuerdo de mi pasión.

arriba