Letras de tango
Mocosita
Música: Gerardo Matos Rodríguez
Letra: Víctor Soliño
Vencido, con el alma amargada,
sin esperanzas, saciado de la vida,
solloza en su bulín
el pobre payador,
sin hallar un consuelo a su dolor.
Colgada de un clavo, la guitarra...
en un rincón la tiene abandonada...
De sus amigos
ya no le importa nada...
Tirado en la catrera no hace más que llorar.

En alguna ocasión
sólo se escucha esta canción:
"Mocosita,
no me dejés morir, volvé al cotorro,
que no puedo vivir.
¡Si supieras las veces que he soñado
que de nuevo te tenía a mi lado!
Mocosita,
no seas tan cruel, no me abandones...
Quiero verte otra vez...
Mocosita,
no me dejes, que me mata poco a poco tu desdén."

Dormía tranquilo el conventillo,
nada turbaba el silencio de la noche
cuando se oyó sonar
allá en la oscuridad
el disparo de una bala fatal.
Corrieron ansiosos los vecinos
que presentían el final de aquel drama
y se encontraron,
tirado en una cama,
en un charco de sangre, al pobre payador.
Pero, antes de morir,
alguien le oyó cantar así:
"Mocosita,
no me dejés morir, volvé al cotorro,
que no puedo vivir.
¡Si supieras las veces que he soñado
que de nuevo te tenía a mi lado!
Mocosita,
no seas tan cruel, no me abandones...
Quiero verte otra vez...
Mocosita,
no me dejes, que me mata poco a poco tu desdén."

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Moneda de Cobre
Música: Carlos Viván
Letra: Horacio Sanguinetti
Tu padre era rubio, borracho y malevo,
tu madre era negra con labios malvón.
Mulata naciste con ojos de cielo
y mota en el pelo de negro carbón.
Creciste entre el lodo de un barrio muy pobre,
cumpliste veinte años en un cabaret.
Y ahora te llaman moneda de cobre
porque vieja y triste muy poco valés.

Moneda de cobre,
yo sé que ayer fuiste hermosa;
yo con tus alas de rosa
te vi volar mariposa
y después te vi caer...
Moneda de fango,
¡Qué bien bailabas el tango!...
Qué linda estabas entonces,
como una reina de bronce,
allá en el "Folies Berger".

Aquel barrio triste de barro y de latas
igual que tu vida desapareció...
Pasaron veinte años, querida mulata,
no existen tus padres, no existe el farol.
Quizás en la esquina te quedes perdida
buscando la casa que te vio nacer;
seguí, no te pares, no muestres la herida...
No llores mulata, total, ¡para qué!

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Monte criollo
Música: Francisco Pracánico
Letra: Homero Manzi
Cuarenta cartones pintados
con palos de ensueño, de engaño y amor.
La vida es un mazo marcado,
baraja los naipes la mano de Dios.
Las malas que embosca la dicha
se dieron en juego tras cada ilusión,
y así fue robándome fichas
la carta negada de tu corazón.

¡Hagan juego!
Monte criollo que en tu emboque
tu ternura palpité.
¡Hagan juego!
Me mandé mi resto en cope
y después de los tres toques
con tu olvido me topé.

Perdí los primeros convites
parando en carpetas de suerte y verdad.
Y luego, buscando desquite,
cien contras seguidas me dio tu maldad.
Me ofrece la espada su filo,
rencores del basto te quieren vengar.
Hoy juego mi trampa tranquilo
y entre oros y copas te habré de olvidar.

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Muchacho
Música: Edgardo Donato
Letra: Celedonio Flores
Muchacho que porque la suerte quiso
vivís en un primer piso
de un palacete central,
que pa' vicios y placeres,
para farras y mujeres
disponés de un capital.
Muchacho
que no sabés el encanto
de haber derramado llanto
sobre un pecho de mujer;
y no sabés qué es secarse
en una timba y armarse
para volverse a meter;

que decís que un tango rante
no te hace perder la calma
y que no te llora el alma
cuando gime un bandoneón;
que si tenés sentimiento
lo tenés adormecido
pues todo lo has conseguido
pagando como un chabón.

Decime
si en tu vida pelandruna,
bajo la luz de la Luna
o si no bajo un farol,
no te has sentido poeta
y le has dicho a una pebeta
que ella es más linda que el Sol.

Decime
si conocés la armonía,
la dulce policromía
de las tardes de arrabal,
cuando van las fabriqueras
tentadoras y diqueras
bajo el sonoro percal...

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Muchachos me caso
Música: Luis Martini
Letra: Luis Roldán
Llegó el momento, muchachos, de alejarme
de la patota alegre de nuestra juventud.
La vida me llama, pues voy a casarme
y es ella un tesoro de amor y virtud.
Copáronme la banca perdiendo la parada
donde me había jugado con ansia el corazón,
me voy de la rueda, perdón muchachada,
si queda el vacío por mi deserción.

Mi noviecita que allá me espera,
con su ternura de madrecita,
porque es su sueño, dulce quimera,
de una esperanza que necesita
de los amores de un calavera,
que a sus afanes jamás engañará.
Aunque olvidarla quisiera, no podría,
porque ella es toda mi fe y la vida mía.
Su peregrina gracia, divina,
encadenó mi amor con su candor.

Si vieran la pebeta, muchachos, qué tesoro,
como ha sabido hacerse querer por este bacán.
Sus negros ojazos, su pelo de oro,
unieron por siempre mi amor y su afán.
Hoy que vuelco el codo de mi triste vida,
colmado ya mi anhelo, me sangra el corazón
y siento en mi pecho que se abre la herida
que cruel anticipa la separación.

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Muriéndome de amor
Música: Manuel Sucher
Letra: Carlos Bahr
Tu boca puede más que mi cordura
y me tortura la tentación,
con sólo imaginar que tu me besas
ardo en intensa fiebre de amor.
Mi vida es una llama que se inflama
al soplo de una racha de pasión.
Y un ansia que no deja pensar nada,
un ansia atormentada, me arrastra en su turbión.

Hay algo siempre en ti, que me provoca.
Y hay algo siempre en mí, que me apasiona.
Y en medio de los dos, la furia loca
que enciende la pasión en nuestras bocas.
Mil veces he intentado rebelarme,
negándome a esta ciega tentación,
mas tengo un corazón, y soy de carne.
Y al verte junto a mí, vuelvo a besarte,
muriéndome de amor.

Me asusta esta ansiedad con que yo espero
cada momento de nuestro amor.
Me aturde este afiebrado sentimiento
en que me enciendo sin salvación.
Qué embrujo del amor caldeó mi sangre,
qué fiebre me enardece el corazón
y anima en mi flaqueza irresponsable
en ansia irremediable que puede más que yo.

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Murmuyos
Música: Froilán Aguilar
Letra: Juan Carlos Patrón
Cuando el ombú de la existencia
sacude el viento del recuerdo,
se llena el alma de "murmuyos"
que cuentan cosas del tiempo viejo.
En ocasiones, al oírlos,
el cielo claro de los ojos
queda "tapao" de cerrazón
y en otras veces, sin querer,
se va la mano pa’l facón.

"Murmuyos" que traen al alma
la tropa de los recuerdos,
pa’ llegar vienen al trote
pa’ "dirse" siempre son lerdos.
"Murmuyos", "murmuyos" son
que aprietan el corazón.

Y si los echo pa’ correrlos
a la perrada de los sueños,
esos "murmuyos", uno a uno,
me matan "tuitos" los pobres perros.
Sólo la caña los domina
y se los lleva al trote en ancas,
por eso siempre tiene sed
de caña, mi alma, pa’ apagar
la voz que llega del "pasao".

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Musa rea
Música: Gabriel Clausi
Letra: Celedonio Flores
No tengo el berretín de ser un bardo,
chamuyador letrao, ni de spamento.
Yo escribo humildemente lo que siento
y pa' escribir mejor, ¡lo hago en lunfardo!...

Yo no le canto al perfumado nardo
ni al constelao azul del firmamento.
Yo busco en el suburbio sentimiento...
¡Pa' cantarle a una flor... le canto al cardo!...

Y porque embroco la emoción que emana
del suburbio tristón, de la bacana,
del tango candombero y cadencioso,

surge a torrentes mi mistonga musa:
¡es que yo tengo un alma rantifusa
bajo esta pinta de bacán lustroso!

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Muñeca brava
Música: Luis Visca
Letra: Enrique Cadícamo
Che "madam" que parlás en francés
y tirás ventolín a dos manos,
que cenas escabiás copetín bien frapé
y tenés gigoló bién bacán...
Sos un biscuit
de pestañas muy arqueadas...
Muñeca brava
bien cotizada.
¡Sos del Trianón...
del Trianón de Villa Crespo...
Milonguerita,
juguete de ocasión...

Tenés un camba que te hacen gustos
y veinte abriles que son diqueros,
y muy repleto tu monedero
pa´ patinarlo de Norte a Sud...
Te baten todos Muñeca Brava
porque a los giles mareás sin grupo,
pa´ mi sos siempre la que no supo
guardar un cacho de amor y juventud.

Campaneá la ilusión que se va
y embrocá tu silueta de rango,
y si el llanto te viene a buscar
escurrí tu dolor y reí...
Meta champán que la vida se te escapa,
Muñeca Brava, flor de pecado...
Cuando llegués
al final de tu carrera,
tus primaveras
verás languidecer

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Muñequita
Música: Francisco Lomuto
Letra: Adolfo Herschel
Dónde estará...
Mi amor, que no puedo hallarlo.
Yo no hago más que buscarlo
porque sin él ya no es vida;
probé la fruta prohibida
probé el encanto de amarlo.
Dónde estará...
Mi amor, que no puedo hallarlo.

Me acuerdo, que por Florida
paseaba en su voiturette,
y siempre andaba vestida
por Paquín o por Georgette.

Hasta me tenía carruaje,
lancha en el Tigre y un Ford,
garçonniere en el Pasaje
con todo lujo y confort.

Me tenían muy mimada
por lo elegante y bonita;
por eso la muchachada
me llamaba "muñequita".

Daba gusto ver mi mesa,
con flores, marrón glacé;
todo era alegría y riqueza,
y correr champagne frappé.

Todo acabó...
Para mí cuando él se fue.
Ya no voy a tomar thé
en lo de Harrod's como antes;
no uso alhajas ni brillantes
que en otro tiempo llevé.
Todo acabó...
Para mí, cuando él se fue.

Diganlé de parte mía
si lo llegaran a ver
que no haga esa felonía
con una pobre mujer.
Que hasta el cachorro ovejero
no quiere probar bocado
y que se ha muerto el jilguero
en su jaula abandonado.

Si voy al piano a tocar
para disipar mi esplín
va mi llanto a acompañar
los "Millones de Arlequín".

Que ya no quiero carruaje
ni lujo, lancha ni Ford
ni pasear, ni cambiar trajes,
que sólo quiero su amor.

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